El cadáver encontrado el pasado martes en el túnel del AVE en Getafe corresponde a Antonio López López, el joven de 29 años desaparecido el ya lejano 20 de agosto de 2011 en Perales del Río, según fuentes policiales.

La madre identificó esta mañana el cuerpo de su hijo gracias al tatuaje de un dragón que tenía en el omóplato derecho. Pese a que los restos estaban momificados, porque llevaban meses en la vía férrea, el tatuaje aún era reconocible.

El chico, carpintero en paro, fue visto con vida por última vez el mismo día que fallecieron dos jóvenes en una fiesta 'rave' de Getafe por consumir estramonio.

En un principio se llegó a pensar que podría haber estado en la celebración, pero luego la Policía lo descartó. Familiares, amigos y vecinos han organizado múltiples batidas estos meses para rastrear el entorno de Getafe y han empapelado toda la zona sur con su imagen en busca de una pista sobre su paradero.

La hermana de Antonio aseguró anoche que prefería no hablar del tema y que en principio no sabían nada del asunto. Sin embargo, esta mañana se confirmó lo peor, aunque aún faltan por realizarse las pruebas de ADN.

Los restos humanos fueron descubiertos el martes en el túnel del AVE en Getafe y obligaron a cortar la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Toledo durante varias horas. En un principio se comentó que se había producido un atropello mortal. No fue así. Lo que en realidad había ocurrido es que los técnicos de mantenimiento habían hallado de madrugada en el kilómetro 11 de la vía los restos momificados de una persona que podría llevar muerta muchas semanas.

En la mañana de ayer miércoles se realizó la autopsia. El cadáver fue sometido a diversas pruebas y también se pasó por la máquina de rayos X con el fin determinar si tenía alguna herida de arma blanca o de bala. En principio se determinó una muerte por arrollamiento.

Por qué acabó Antonio en el túnel del AVE, si asistió a esa fiesta 'rave, o qué le ocurrió antes de morir, son misterios que quedan sin resolver.