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9 mayo 2016

La última de la estación de tren de Tarragona

Los paneles del andén 2 no funcionan y dice Adif que, en vez de arreglarlos ahora, ya casi mejor esperar a que empiecen las obras de reforma, que total son unos meses

 

 Publicado: 22:24 - 08/05/2016

 

 

Cuando uno cree que ya lo ha visto todo, que la situación no puede ir a peor, que el ridículo es ya máximo, que la tomadura de pelo roza lo antológico y no se atreverán a intensificarla, la estación de tren de Tarragona siempre tiene un último as en la manga.

Circula desde hace casi una semana por las redes sociales, y también nos las han hecho llegar varios lectores, la imagen de los paneles informativos del andén 2 de la infraestructura (en efecto, el andén al que sólo se puede llegar tras bajar escaleras, primero, y subirlas, después). Unos paneles compuestos por sendos relojes en su parte superior y sendos rótulos digitales en la inferior.

Misión esencial, obviamente

 

Su misión, claro, es informar al pasajero, por un lado, de a qué hora está previsto que llegue el próximo tren y cuál es su destino (sería cosa del rótulo electrónico);y, por otro, de informar sobre qué hora es (misión del reloj, obviamente). Sucede, no obstante, que desde hace unos días, dice Adif que por una avería en el sistema eléctrico, los paneles no funcionan. No es la primera vez, ya se lo adelanto, porque servidor ya escribió en septiembre del año pasado una columna explicando exactamente lo mismo a raíz de quejas que varios conocidos, usuarios habituales de la instalación, me habían hecho llegar en ese sentido.

Y, por supuesto, tampoco es el único déficit que presenta la estación de Tarragona. Volver a repasarlos sería malgastar papel, porque son evidentes y porque además se han repetido hasta la saciedad.

Dice Adif que, claro, ahora que ya está en marcha la licitación de la segunda fase de la reforma de la estación, ya casi mejor esperar a que empiecen las obras para arreglar también los paneles. Que mientras tanto, se apañen como puedan los pasajeros, escuchando atentos a la megafonía y asegurándose de llevar sus relojes en hora. Y que así irán tirando hasta que se adjudiquen, primero, y se ejecuten, después, las citadas obras.

A finales de año, en la previsión más optimista, estará acabado y los paneles, pues, volverán a funcionar. Para qué arreglar el cableado ahora, si en un par de meses o tres van a empezar las obras y total estos de Tarragona siempre amenazan con quejarse y montar el pollo pero al final mírales, ahí siguen, con esa broma de estación y sin rechistar.

Y todo por un cable

Desconozco si es administrativa y técnicamente muy complicado volver a pasar el cable o arreglar el que hay, que por lo que entiendo vendría a ser la solución requerida. Pero no me imagino que en otras infraestructuras o en otras ciudades fuese planteable eso de «como ya en unos meses se va a empezar la reforma, se arreglará entonces». Por no hablar de la cutrez, porque no tiene otro nombre, de haberse limitado a tapar los dos relojes con cinta logotipada para que quede claro que la hora que marcan no es buena. Si a la estación le faltaba algún detalle tercermundista, como complemento eso de la cinta no está nada mal.

En fin, señores viajeros:ya saben lo que toca. Esperar a que se termine, confiemos en que este 2016, la segunda fase de la reforma. Una fase que, conviene recordarlo, no es la última: se arreglará sólo «lo más urgente», en palabras de la administración. Basta un dato para entenderlo:el proyecto que actualmente está en fase de licitación está presupuestado en 5,5 millones de euros, cuando Adif calcula que, para completar la reforma, harían falta 15. Los 10 millones restantes, vaya usted a saber cuándo, quedarán para la tercera fase. Y mientras, iremos tirando de cinta aislante para poner parches.

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