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31 diciembre 2014

Ocho horas perdidas en el tren y, después, pulgas

Una de las viajeras del tren de Barcelona que se averió el día 23 sufre picaduras tras taparse con mantas de Renfe

Gemma Malvido A Coruña 30.12.2014 | 13:51

 

Ocho horas perdidas en el tren y, después, pulgas

 

María Amor quería llegar a A Coruña a tiempo para pasar las Navidades con su familia. Su viaje se truncó la madrugada del 22 al 23 de diciembre cuando su tren se paró en Burgos durante horas. Para mitigar el frío, Renfe les dio a los pasajeros unas mantas que, según el parte médico de Amor, podrían tener pulgas

A la reclamación por haber llegado casi conocho horas de retraso en el tren hotel que cubría el trayecto Barcelona-A Coruña el 23 de diciembre, la pasajera María Amor ha tenido que añadir un parte médico. El que dice que lareacción que sufre desde entonces puede tener su génesis en las mantas que Renfe les entregó a sus clientes, cuando, la madrugada del 22 al 23, el tren se quedó parado durante cuatro horas, a un grado bajo cero en algún rincón deBurgos.

"No sabía muy bien cómo hacerlo, así que les adjunté el parte médico, cuando llegue a Barcelona iré a la oficina del consumidor para saber qué más se puede hacer, porque tampoco sé si hay más pasajeros como yo, que puede ser que sí", explicaba ayer, otra vez con la maleta dispuesta a subirse al tren hotel, de vuelta a BarcelonaMaría Amor.

Asegura que el cuerpo le empezó a picar una hora después de haber llegado en autobús a A Coruña. En el que Renfe les puso desde Monforte hasta la estación de San Cristóbal, después de haber pasado cinco horas en un tren regional -desde pasada Palencia hasta Monforte- en el que ni siquiera había asientos para los aproximadamente 200 pasajeros que habían pagado por viajar entren hotel.

Al principio no le dio mucha más importancia, pero el día de Navidad tuvo que trasladarse al Punto de Atención Continuada, donde la doctora vio que tenía "picaduras de insectos" en la cara, el cuello, las manos y también alguna aislada en la espalda. "Le conté lo que había pasado en el tren y le dije que, cuando estábamos parados en Burgos, nos dieron unas mantas [porque no había electricidad en el vagón y no había ni luz ni calefacción], y que me había tapado con ellas. Entonces, me vio mejor laspicaduras y me dijo que eran de pulgas y que podían venir en las mantas", explicaba ayer María Amor, camino a Barcelona.

"En una casa no es normal que haya estos bichos, pero en las mantas de un tren, puede ser", zanjaba ayer la pasajera. Desde que acudió al centro médico, Amor ha tenido que controlarse la temperatura, ya que las pulgas pueden transmitir enfermedades, tomar antihistamínicos y aplicarse una pomada en la zona afectada hasta que se le pasen las picaduras.

Renfe entregó a los viajeros una carta en la que les decía que, debido a las molestias causadas por las averías sufridas por el tren hotel, les devolvería el dinero íntegro del billete y, además, les regalaba un viaje de ida y vuelta a cualquier lugar de España que tendrían que gastar en la primera parte de 2015.

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