TRENEANDO

Talgo amplía sus talleres en Rivabellosa para construir los 420 coches del ‘AVE a La Meca’

12 octubre 2012

Los trenes que unirán Medina y La Meca, las dos ciudades santas del Islam, llevarán label vasco. Los responsables de Talgo llevan meses trabajando en la sombra y ya han pedido de forma oficial agilizar todos los trámites al máximo para impulsar la ampliación de sus instalaciones en Rivabellosa –tienen medio siglo de existencia–, un paso fundamental para poder hacer frente a un pedido de características tan extraordinarias.

La compañía siempre ha optado por la prudencia y se ha limitado a señalar que la fabricación de los 35 trenes contratados –420 coches– implica una carga de trabajo de casi 200.000 horas de ingeniería y 8,5 millones de horas de trabajo. Además, a medio plazo, existe la posibilidad de que haya un segundo encargo de otras 23 unidades –un total de 276 coches– que implicaría 4 millones de horas de trabajo adicionales. El material ofertado es el Talgo 350, conocido como ‘El Pato’, que circula a 320 kilómetros por hora.

La inversión en Rivabellosa se aproximará a los 35 millones, y se crearán en torno a los 300 puestos de de trabajo. La plantilla, entre empleos directos e indirectos, ronda ahora los 480, un 80% residente en Miranda de Ebro. Según datos oficiales, Talgo cifra en unos 2.007 millones los ingresos que le reportará su participación en el contrato de construcción y posterior explotación de la infraestructura, un importe equivalente a un 30% del volumen total de 6.736 millones de la adjudicación al consorcio de 14 empresas, doce de ellas españolas.

Los números del AVE a La Meca asustan. El proyecto (al que se le ha llegado a denominar ‘el AVE de los peregrinos‘) supone el diseño, la construcción, el suministro de 35 trenes, la operación y el mantenimiento por un periodo de 12 años de una línea ferroviaria de 450 kilómetros en la que se instalará la más novedosa tecnología del mundo. El trayecto, que también tendrá parada en Jeddah (la ciudada económica del Rey Abdallah), se completará en apenas dos horas y media. Los convoyes, para los que se espera una demanda de hasta 13.000 viajeros a la hora, circularán a una velocidad punta de 320 kilómetros por hora.

La arena y la dunas constituyen una dificultad que hay que salvar, tanto durante el trabajo de tendido de las vías como por su facilidad para penetrar y erosionar los elementos de cualquier mecanismo. Salvar ese desafío servirá para que las empresas españolas puedan acceder a la concesión de servicios de alta velocidad en otros países de Oriente Próximo.

Para los trabajos en el desierto se van a utilizar 3,7 millones de toneladas de balasto y 1,5 millones de traviesas, para lo cual tendrán que ubicarse dos fábricas que deberán de producir cada una 1.000 unidades al día. En el momento de la instalación de las vías trabajaran 250 camiones que estarán circulando todo el día.

Esta “misión titánica” abre la puerta de Oriente Próxino a la industria española, que tiene puestas grandes esperanzas en la zona. El proyecto, que plantea retos tecnológicos enormes dadas las condiciones climatológicas extremas de la zona, comenzó en 2010, cuando se abrió el concurso internacional. Además de Talgo las empresas integrantes del consorcio son Adif, Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Ineco, Indra, OHL Internacional, Renfe y las saudíes Al Rosan y Al Shoula.

(Fuente e Imagen El Correo)

Pin It