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16 septiembre 2013

CÁCERES

La estación de ferrocarril cumple 50 años sin saber cuál será su futuro

En el primer semestre de este año la cifra de pasajeros aumentó un 10'4% con respecto al mismo periodo del año 2012

15.09.13 - 00:20-

Pocas inauguraciones ha habido en Cáceres con tanta gente y tantos aplausos, como la que tuvo lugar hace cincuenta años en la estación de ferrocarril que entonces llamaban de Aldea Moret. Fue el 26 de marzo de 1963, un martes, y para que no faltara gente, a petición del alcalde Casto Gómez Clemente y de la Cámara de Comercio e Industria, cerraron los colegios y los centros de trabajo.

El ministro de Obras Públicas, el general Jorge Vigón Suero-Díaz, amigo personal de Francisco Franco, llegó a las tres a la ciudad, ofreciéndole el Ayuntamiento una comida homenaje en el Hotel Extremadura, entonces en la avenida Virgen de Guadalupe. Tras la comida todas las autoridades acudieron a la antigua estación, la que estaba en Los Fratres, y en un tren engalanado para la ocasión recorrieron el escaso trecho que había hasta la nueva estación en donde había miles de personas esperándoles. El obispo Llopis Ivorra, que antes había bendecido la comida, hizo lo mismo con el nuevo edificio que había tardado tres años en levantarse, con una inversión de 64 millones de pesetas de las de entonces.

En el Diario HOY se contó que había multitud de gente que no paró de dar vivas, y no faltaron pancartas dando las gracias al general Vigón o en las que se decía simplemente «Estamos orgullosos de nuestros pantanos». Había una, incluso, que decía, «General Vigón, el colegio de San Antonio os saluda».

Era tal la multitud, que no se escuchó bien el sistema de megafonía en el que el alcalde dio interminables gracias al Régimen. Cuando le tocó el turno al ministro Vigón, que fue Premio Nacional de Periodismo en 1949 y Premio Nacional de Literatura en 1950, se mostró muy práctico ofreciendo un discurso corto. Comenzó así: «¡Cacereños! Dado lo poco que yo he podido oír del discurso del señor alcalde, supongo que será completamente inútil que yo trate de hacer un largo discurso». Reconoció que la obra se había hecho esperar mucho, comentando que «no ha sido por venganza por lo que nosotros nos hemos hecho esperar (...) No tengo absolutamente ninguna otra cosa que deciros, sino que yo deseo que esta estación que hoy parece suficiente para las necesidades de Cáceres, dentro de poco tiempo sea tan escasa como era la antigua, que se había hecho totalmente insuficiente y raquítica. Esto será indicio de que Cáceres, por la voluntad del Régimen, por el deseo que ponen todos los españoles en el engrandecimiento de la provincia y de la ciudad, habrá alcanzado el grado de prosperidad suficiente para que encontremos todos, si Dios quiere, raquítica, escasa y pequeña esta estación que hoy nos satisface. ¡Y nada más, cacereños!».

El nuevo edificio tenía un amplio vestíbulo, cafetería, servicios de equipaje y consigna, librería, estanco y sala de espera en la planta baja, y en la superior oficinas de Renfe y cuatro viviendas. En los servicios de mercancías había muelles cubiertos y descubiertos y uno para automóviles. Un taller y almacén de tracción, otro de vías y obras y otro de material móvil.

Después de cincuenta años parece que la estación no se ha quedado pequeña. Tiene una cafetería que funciona bastante bien, pero están cerrados los locales en donde antes había un estanco, un quiosco de prensa y una oficina de alquiler de vehículos.

Según los datos facilitados por Adif, el numero de viajeros que utiliza la estación de Cáceres está aumentando. En los seis primeros meses de este año 2013 subieron y bajaron 83.927 pasajeros, en los primeros seis meses del año 2012 fueron 75.990, en los mismos meses de 2011 fueron 74.438 y en el año 2010 fueron 73.295. El aumento de pasajeros en el primer semestre de este año es un 10'4% con respecto al de 2012.

La Estación no se ha quedado raquítica, pero puede que se cambie de lugar cuando llegue a esta ciudad el tren rápido que luego será el AVE. Se barajan tres posibilidades: que se mantenga la estación donde está, que se ponga junto al Carrefour o en Los Arenales, en la confluencia entre la A-66 y la N-521. A Monago y a Elena Nevado le gustan más la última opción.

 

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