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26 septiembre 2013

Talgo y Renfe quieren subirse al nuevo tren del Báltico por 2.000 millones

R. Esteller / M. Á. Gavira

 

La marca España en el negocio ferroviario se aproxima a su próxima parada. Talgo y Renfe quieren subirse al nuevo tren del Báltico, un recorrido que unirá en vía de ancho europeo Polonia, Litonia, Letonia, Estonia y Finlandia y que supondría la adjudicación de un concurso valorado entre 1.500 y 2.000 millones de euros, según explican fuentes solventes del sector a elEconomista.

El embajador español en Lituania, Miguel Arias, confirmó además a este periódico el interés de la industria ferroviaria española y que el proyecto tendrá una parte de fondos europeos para poderse llevar a cabo de los que ya se han desembolsado 300 millones de euros.

Bautizado como Rail Báltica, este proyecto se encuentra todavía en una fase bastante preeliminar y su objetivo es mejorar las redes ferroviarias entre el centro y el Norte de Europa. Forma parte del programa Trans-European Transport Networs (TEN-T) y el nuevo trazado tendría 950 kilómetros de longitud entre Tallin (capital de Estonia) y Varsovia (capital de Polonia), pasando por Riga (Letonia) y Kaunas (Lituania).

Ya se ha acordado que la nueva línea tendrá ancho internacional (1.435 mm), que es el mismo que se emplea en casi toda europea occidental y en las líneas de alta velocidad españolas.

No se trata de un recorrido de AVE, sino de velocidad alta por lo que en el caso de que Talgo acabe pujando por el proyecto lo más seguro es que presente el modelo 250, conocido popularmente como Patito, un tren que se emplea en muchas líneas Alvia de la red ferroviaria española. Tanto el Talgo 250 como el Talgo 250 Dual (este último puede cambiar su eje para adaptarse a diferentes anchos de vía) cumplirían las especificaciones de la infraestructura y pueden alcanzar hasta 250 kilómetros por hora en ancho internacional.

Consorcio nacional

Por su parte, Renfe aportaría su capacidad y experiencia operativa en la línea en el caso de que ambas compañías acaben licitando por el concurso. Las mismas fuentes no descartan que se añadieran otras empresas españolas a un posible consorcio nacional. Portavoces oficiales de Renfe Operadora y Talgo reconocen el interés por el contrato del tren del Báltico, aunque advierten de que el proyecto todavía está en su fase de gestación.

No sería la primera vez que un consorcio ferroviario español se presentara a un gran contrato. Ya se adjudicó una alianza de estas características en el AVE La Meca-Medina y también se puja por la alta velocidad en Brasil, una licitación que se ha retrasado un año.

El nuevo tren del Báltico ha despertado intereses dispares en los países sobre los que transcurre su trazado. Mientras que el apoyo de Lituania, Letonia y Estonia es total porque les asegura su conectividad, en el caso de Polonia y Finlandia el entusiasmo es mucho más comedido. De hecho, el pasado 16 de septiembre, los ministros de Transporte bálticos firmaron un acuerdo con la intención de crear una joint venture. El pacto también incluye que cada país será propietario de la infraestructura ferroviaria que circule por su territorio.

 

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