La compañía ferroviaria belga SNCB y la holandesa NS-Hispeed, cansadas de todos los problemas técnicos y retrasos que han sufrido los trenes desde que comenzaron a operar el 9 de diciembre, han suspendido indefinidamente el servicio de los trenes de alta velocidad Fyra. Las empresas y los usuarios estaban hartos de los retrasos y los fallos técnicos continuos, según publica Europa Online Magazine.

Los trenes Fyra han sufrido problemas informáticos que han ocasionado retrasos y cancelaciones, han tenido continuos problemas para arrancar y se paraban sin motivos aparentes. Los problemas técnicos han sido innumerables, incluso tuvieron que ser evacuados los pasajeros de un tren en un túnel en Rotterdam porque fue imposible ponerlo en funcionamiento.

Durante los primeros días, las autoridades pedían paciencia a los viajeros pero con la bajada de las temperaturas la situación empeoró de forma drástica. El detonante para suspender el servicio fue el hallazgo de piezas de una locomotora en las vías.

De momento, las compañías ferroviarias de Benelux han dado un plazo de tres meses al constructor italiano AnsaldoBreda para que resuelva los problemas de los trenes y si no cumple han amenazado con rescindir el contrato y presentar una demanda ante los tribunales. También tienen previsto cancelar el pedido de tres trenes V250 valorados en 63 millones de euros.

Por su parte, el director de operaciones de AnsaldoBreda, Giusseppe Marino, en declaraciones a Reuters ha asegurado que el primer análisis revela que los problemas son fáciles de resolver y que en pocos días los trenes deberían estar funcionando.

Pero la compañía ferroviaria belga no lanza las campanas al vuelo y contempla recuperar el anticipo de 35 millones de euros al grupo italiano en caso de rescisión del contrato.

El periódico holandés NRC Handelsblad sospecha que la adjudicación del proyecto tuvo más en cuenta los criterios económicos que el prestigio de la compañía. Asegura que es una prueba de que lo barato sale caro y en su análisis esboza que se trata de un fracaso ya anunciado y señala varias razones: los problemas técnicos que arrastran los trenes Fyra desde el primer momento, la poco experiencia internacional de la compañía italiana, la apuesta por un tren de alta velocidad low cost y las presiones políticas para que los trenes comenzaran a circular lo antes posible.