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29 noviembre 2012

Transporte, el largo y sinuoso camino hasta el Mundial-2014 en Brasil

AFP | 28/11/2012

Los viajes internos en este gigantesco país 17 veces mayor que España, con embotellamientos de tránsito en sus megaciudades, carreteras en mal estado, aeropuertos congestionados y sin trenes de pasajeros son un enorme reto para la organización del Mundial-2014 en Brasil.

Pese a los 13.650 millones de dólares que el país gastará en preparar la mayor fiesta del fútbol mundial, es imposible compensar en pocos años la falta de inversiones en infraestructura que arrastra desde hace décadas, dicen expertos.

Para Chris Gaffney, experto en urbanismo de la Universidad Federal Fluminense (UFF), que estudia los cambios urbanos ligados a la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro, "el transporte será complicadísimo" durante el Mundial.

"No hay un proyecto nacional de transporte (...) Casi todas las obras de movilidad urbana están atrasadas, y ningún aeropuerto que no sea privatizado estará pronto para esta Copa", vaticinó.

"Aún no se puede comprar (por internet) un pasaje de avión de una aerolínea brasileña para viajar de una ciudad a otra sin un número fiscal brasileño o sin tarjeta de crédito brasileña (...) No habrá carteles en las rutas en inglés ni en español. No hay un mapa del sistema de ómnibus de Rio de Janeiro. No hay servicios de tren de pasajeros que conecten una ciudad sede con otra", enumeró.

El mayor desafío en términos de preparativos para el Mundial "es la infraestructura en torno a los estadios y para llegar a ellos (...). Las carreteras brasileñas son pésimas, con excepción de las de Sao Paulo, y los aeropuertos son lamentables", dijo a la AFP el analista deportivo Juca Kfouri.

Se estima que unos 500.000 turistas extranjeros y tres millones de brasileños asistirán durante tres semanas a los partidos del Mundial en las 12 ciudades sede del torneo.

Pese a su saturada red vial -recorrer menos de 30 km en Rio puede llevar dos horas, y en Sao Paulo los embotellamientos pueden llegar a los 250 km de largo-, cada día más de 10.000 nuevos coches entran a las calles de Brasil, sexta economía del mundo y con un creciente mercado automotor, cuya bonanza es alentada por el gobierno.

En Brasil, 117 personas mueren en promedio cada día en accidentes de tránsito, muchas veces debido al mal estado o mala señalización en las rutas.

Para hacer frente a estos problemas, al menos de manera parcial, el gobierno estudia decretar feriados los días de juego.

Por avión: más seguro pero complicado

Viajar en avión sea quizás más seguro, pero no menos complicado. Los aeropuertos están congestionados, muchos en mal estado, y sus reformas previstas para la Copa posiblemente no estarán listas para 2014, según analistas.

La mayoría de "los aeropuertos en Brasil están congestionados. Si la cosa no mejora y sigue como va, van a tener problemas", advirtió recientemente el presidente de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), Roberto Kriete.

El transporte aéreo en Brasil ha crecido más de 120% en la última década, cuando más de 30 millones de personas salieron de la pobreza, y supera de lejos el ritmo de aumento de la capacidad.

Las obras en aeropuertos "avanzan a ritmo lento", estimó recientemente el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que fiscaliza los gastos de la Copa del Mundo.

El gobierno privatizó en 2011 tres aeropuertos, dos en Sao Paulo y uno en Brasilia, quebrando el monopolio de la estatal Infraero en el país, y dio a privados la construcción del nuevo aeropuerto de Natal.

Pero las inversiones previstas en los aeropuertos de la capital paulista para el Mundial no comenzaron, según el TCU. También hay atrasos en el resto de las obras en los demás aeropuertos administrados por Infraero, y las privatizaciones de los aeropuertos de Rio y Belo Horizonte están atrasadas.

La aviación ejecutiva internacional también puede tener "problemas graves" en el Mundial debido a la falta de espacio en aeropuertos brasileños, aseguró por su lado el presidente de Avianca Brasil, José Efromovich.

"Se habla ahí de 800, 900 o 1.000 aeronaves de gente que viene (a Brasil) para traer millones y millones de inversión; esa gente tiene que venir con su avión privado ¿y dónde los vamos a parquear?", preguntó. "Son muy pocos o ninguno" los aeropuertos brasileños "que tienen la infraestructura adecuada", estimó.

La presidenta Dilma Rousseff anunció en setiembre la mayor ola de concesiones al sector privado en Brasil, para operar hasta 7.500 km de rutas y 10.000 km de vías férreas a cambio de construirlas o mejorarlas, con inversiones previstas por 66.000 millones de dólares, pero destinadas sobre todo al transporte de carga.

lbc/jt/ma

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