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6 noviembre 2015

LA RODA DE ANDALUCÍA

Los tres ferroviarios más veteranos de la Sierra Sur

Manuel Olmedo, Manuel Menor y Antonio Prieto, que suman juntos más de un siglo en Renfe, reviven la historia de la línea de ferrocarril Córdoba-Málaga, que cumple 150 años

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Manuel Olmedo, Manuel Menor y Antonio PrietoManuel Olmedo, Manuel Menor y Antonio Prieto - B.MORENOBORJA MORENO La Roda De Andalucía - 06/11/2015 a las 07:28:57h. - Act. a las 07:29:02h.Guardado en: Cádiz Provincia

 

Manuel Menor García se agarra una vez más a la marmita de cambio de aguja que se encuentra en el patio del Museo del Ferrocarril de La Roda de Andalucía. Explica cómo al accionar la barra metálica manualmente «si el cristal que está abajo es blanco indica posición normal, si se pone amarillo permite el cambio del tren a otra vía».Manuel Olmedo y Antonio Prieto observan con atención la maniobra que realiza su compañero de profesión. Los tres son los ferroviarios de mayor edad que viven en esta localidad de la Sierra Sur.

Juntos recuerdan entre las piezas que se exponen en el museo (algunas cedidas por los propios vecinos) lo que el tren ha supuesto para sus vidas y para la localidad, que el pasado día 16 celebró el 150 aniversario de la línea de ferrocarril Córdoba-Málaga. Olmedo explica que «desde hace varios años los únicos trenes que llegan a la estación transportan mercancías».

Cambio de vía

 
 

Aunque la llegada del AVE hizo cada vez menos necesarias las paradas intermedias para sustituirlas por viajes directos, Olmedo realiza su particular «cambio de vía» para remontarse al ajetreo de pasajeros y trabajadores de aquellos años. «Ahora sigue siendo un importante nudo de comunicación y unos tres trenes a la semana dejan su cargamento de coches, electrodomésticos y más mercancías que luego se distribuyen por Andalucía, pero la estación era antes un hervidero de trabajadores y de viajeros», dice Olmedo a ABC Provincia.

Esa estampa la tienen bien grabada en su memoria Antonio Prieto y Manuel Menor, que fueron homenajeados durante la celebración del aniversario por su dilatada trayectoria profesional. Prieto trabajó durante 37 años y Menor 41, y desde que comenzaron a trabajar como descargadores de bultos (equipaje) cuando eran unos niños, han pasado por multitud de tareas relacionadas con el mundo ferroviario en varias estaciones andaluzas.

«Yo he llegado a trabajar con casi 200 personas a mi lado», señala Manuel Menor. Cuando todavía eran adolescentes y muchas de las nuevas tecnologías no existían el trabajo entre estaciones era «una cadena humana» puntualiza Prieto. Mozos de carga, mozos o guardas de aguja, factor de circulación, jefe de estación, brigadas de mantenimiento, y una larga lista de profesiones. Cada una con su función y la responsabilidad que conllevara el cargo.

«Entonces los posibles fall os dependían mucho más de las personas y de su grado de atención», afirma Prieto. Pero todos coinciden en que aunque la profesión era dura, también era apasionante y, en cierta forma, todos eran como «una gran familia».

Con la única ayuda del teléfono, la conexión entre estaciones colindantes y la función de cada trabajador llevaban al correcto paso de los ferrocarriles cada día. La necesidad de personal dio vida hasta a nuevas poblaciones. Manuel Olmedo nació de hecho en Bobadilla-Estación: «Se encuentra a 3 kilómetros del pueblo y fue un núcleo ferroviario que llegó a contar hasta con 1.500 habitantes en su periodo de mayor pujanza», dice.

Recuerda cómo forma parte de la tercera generación de ferroviarios en su familia y cómo le atrajo desde pequeño. «También daba trabajo a mujeres, mi suegra Candela Fernández fue guardesa de pasos a nivel». Con lo cual no era extraño encontrarse a varios miembros de una misma familia enseñando la profesión a los siguientes.

Una muestra didáctica

El Museo del Ferrocarril hace un completo recorrido por la historia del ferrocarril en la localidad. Desde material documental de los vecinos, fotos de los diferentes tipos de locomotoras que han pasado por La Roda de Andalucía (incluso de vapor) o de las cuadrillas de trabajadores. Está abierto al público los sábados de las 17 a las 19 horas, pero cuenta con la presencia de dos apasionados del mundo del ferrocarril, Ricardo Naranjo y el propio Olmedo.

En el patio hay una representación de un tramo de la vía del tren con la señalización y las herramientas que se empleaban. En el interior guardan algunas de las herramientas, uniformes y utensilios propios de la evolución de esta profesión con el paso del tiempo.

Desde candilejas de aceite para avisar por la noche o antiguas máquinas expendedoras de billetes, pasando por los petardos que se instalaban en las vías como último recurso para avisar a un maquinista despistado, o algunas piezas de los ferroviarios de la ciudad de Castel Madama, localidad italiana hermanada con La Roda. Como colofón, la visita termina con una maqueta sobre el tren de 10 metros de largo por 5 de ancho. La realizó otro rodensense, Francisco Castro Murillo, que tardó dos años en terminarla.

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