“Al inicio del servicio de hoy, Renfe ha puesto en circulación un tren sin grafitear. En el momento de escribir esta nota todavía no había sido pintado. Si alguien lo ve no se trata de un espejismo”. Así se inicia la nota de prensa que la Delegación de Comunicación de Renfe en Cataluña y Aragón ha enviado a los medios de comunicación. Ante el creciente número de convoyes que son víctimas del arte urbano y que ha llegado a algunos enfrentamientos de los grafiteros con agentes de seguridad en las últimas semanas, desde Renfe se ha querido usar la ironía para denunciar esta situación. ”No daremos datos de su recorrido, para evitar que esta imagen de coleccionista sea maltrecha en poco tiempo”.

La operadora denuncia que ha costado más de 8 millones de euros a la ciudadanía limpiar los grafitis en lo que llevamos de 2018, que dos millones de clientes han sufrido retrasos y problemas de seguridad, que se han presentado más de cinco denuncias diarias ante los Mossos d’Esquadra, que el 45% de estos grafitis en trenes e instalaciones de Renfe han tenido lugar en Cataluña y que todo esto altera la programación de los recorridos de los trenes afectados. Como ejemplo, el pasado 25 de noviembre, una pintada en lateral y el vidrio frontal de un tren de la línea R12 provocó la cancelación del servicio en todo el recorrido obligando a realizar el trayecto entre Cervera y Lleida en un servicio alternativo de autobús, siendo la segunda vez que ocurría en menos de un mes.

La nota reconoce que, aunque el titular no se corresponde con la realidad, “quizá son dos o tres" los trenes limpios que circulan, cualquier día podría ser imposible encontrar un convoy de Rodalies de Catalunya sin ninguna pintada en alguno de sus coches.