HERALDO.ES

17 julio 2014

Zaragoza

“El Portillo es una estación fantasma”

S. Arcega. Zaragoza| 17/07/2014 a las 06:00
 
Unas 160 personas siguen trabajando allí, a pesar de las malas condiciones en las que se encuentra.
 
“El viejo Portillo es una estación fantasma”

El aparcamiento de la estación lleva meses apuntalado. S.A.C.

 

 
 
Junto al modernísimo edificio del Caixaforum, se alza un vestigio del pasado ferroviario de Zaragoza, la antigua estación de El Portillo. Once años después de su cierre para viajeros, unos 160 trabajadores de la empresa pública Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) siguen allí, a pesar de las notables deficiencias del edificio.

El último incidente de los muchos que se pueden encontrar en el inmueble sucedió este mismo mes, cuando parte de las chapas que recubren el aparcamiento cayeron arrancadas por el viento. Estas placas metálicas se encuentran junto a los despachos de los sindicatos ferroviarios, desde los que hay una vista excepcional al deterioro que sufre la antigua estación.

Hasta entonces, los peatones podían cruzar por allí para evitar dar un rodeo, pero ahora una puerta metálica impide el paso, después de que desde Urbanismo se certificaran los problemas de estabilidad en los pilares que soportan la techumbre. Esto afecta también a los trabajadores, que tienen que rodear el museo para acceder al inmueble y tienen prohibido estacionar en el parking. Una de las entradas del piso superior queda bloqueada por el muro que rodea el Caixaforum y la otra está cerrada con una cadena, mientras que en el inferior también está prohibido el acceso y el techo está soportado por puntales. Así que los trabajadores aparcan en el solar entre El Portillo y el edificio de Correos, un lugar en el que no hay ningún sistema de seguridad, algo que los sindicatos entienden importante ya que parte del personal tiene que entrar o salir a las 5.30 de la mañana.

Los cortes de luz cuando se enciende el aire acondicionado o una estufa, los descorchones de las paredes y las humedades son ya elementos a los que están acostumbrados. “Rezamos para que no se nos caiga encima el edificio”, explica el responsable del sector ferroviario de UGT Aragón. “Se va parcheando, pero no hay inversión”, subraya.

No se realizan mejoras globales porque el destino de estos empleados es trasladarse a la Estación de Delicias, donde tienen asignados desde hace años 16 módulos en la parte sur del edificio. Desde ADIF aseguran que “está previsto el traslado”, pero no pueden dar un plazo para que se haga efectivo.

El responsable del sector ferroviario de CC.OO. describe El Portillo como "una estación fantasma" y explica que en un primer momento se iba a construir un edificio junto a la Estación de Delicias para ubicar a estos trabajadores. Sin embargo, la empresa no llegó a autorizar su construcción, por lo que se pensó en aprovechar unas oficinas de alquiler vacías dentro de la estación.

Pero tampoco se les trasladó allí, porque el techo es demasiado bajo y se necesitaría una costosa reforma. “Ahora, los ascensores no van, los baños pierden agua, el techo está desconchado y hay que colocar el suelo técnico”, explican de UGT. Si a todo esto se une el alto coste de duplicar el puesto de mando de la red convencional que todavía se encuentra en El Portillo, la factura se dispara. “El traslado se ha ido planteando a ADIF en las comisiones, pero no hay presupuesto para nada”, apuntan desde CC.OO.

Los trabajadores mantienen sus reivindicaciones pero se muestran pesimistas y creen que la situación se seguirá alargando, aunque piensan que el revulsivo para la zona que supone la apertura del nuevo museo quizá acelere el proceso. Durante su inauguración, el propio alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se mostró confiado en que "el monstruo" de El Portillo pudiera demolerse más pronto que tarde. Pero mientras tanto, los trabajadores seguirán en su interior, desempeñando su labor a pesar de las dificultades.
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