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10 marzo 2014
Vuelta al tajo en tren turístico
Ramón González, de 86 años, elogia el Ecomuseo de Samuño tras viajar por la galería subterránea de la mina en la que trabajó
09.03.2014 | 01:16
La Nueva (Langreo), E. P. Ramón González González se adentró ayer de nuevo en la galería minera a la que no volvía desde hace 50 años y lo hizo en el tren turístico de Samuño. Fue uno de los pasajeros del convoy en su segundo fin de semana de funcionamiento desde su reapertura y, en compañía de familiares, llegó al que fue su lugar de trabajo hasta principios de los sesenta. Ayer, tras visitar las instalaciones y realizar el recorrido desde la estación de El Cadavíu al pozo San Luis de La Nueva, el exminero, de 86 años, aseguró que el ecomuseo langreano es "como me imaginé que podía ser".
"Esta es una buena idea", indicó Ramón González en referencia al proyecto turístico estrella de Langreo, que en sus primeros seis meses en marcha alcanzó los 22.500 visitantes. Y, añadió, "tiene que promocionarse porque mucha gente no lo conoce y seguro que le interesaría". Y esto puede redundar, considera, en la creación de más puestos de trabajo en la zona.
González, que nació en La Nueva en 1928, trabajó en la explotación de Carbones de La Nueva. "Primero fue rampero y después picador", aseguró. Entró a formar parte de la empresa en 1944, poco antes de cumplir los 16 años. Posteriormente lo dejó pero volvió poco después y allí permaneció trabajando hasta principios de los años 60. Fue entonces cuando junto a su esposa Azucena se marcharon a vivir a Oviedo, donde regentaron un establecimiento comercial. Una experiencia que no fue nueva para ellos ya que durante aproximadamente tres años tuvieron tienda en La Nueva.
Para González, "este valle tenía que tener los bordillos de la carretera de oro por la cantidad de carbón que se sacó de aquí. Fue donde más se extrajo", señaló antes de adentrarse en la sala de máquinas del pozo San Luis de La Nueva. "Aquí había un maquinista muy bueno, que se llamaba Ángel Torrecilla y era andaluz", señaló mientras un grupo que acababa de bajarse del tren turístico seguía las indicaciones del guía del ecomuseo. El exminero destacó que en los años en los que trabajó en la explotación minera "éramos muchísimos empleados". De hecho, "toda la gente de los pueblos de la zona estaban aquí trabajando", explicó mientras recorría y elogiaba la majestuosa sala de máquinas del pozo San Luis.
Minutos antes, Ramón González había ascendido a la explanada en el ascensor desde 32 metros de profundidad. Décadas atrás había subido en muchas ocasiones en la jaula que, manifestó, "cuando llevaba carbón iba más rápido pero con personas subía más despacio", con una velocidad similar a la que tiene ahora, indicó, tras subir en el ascensor al igual que el resto de viajeros que había partido de la estación de El Cadavíu a la una de la tarde. "Y mientras se utilizaban mulas también la velocidad era menor. Después llegaron los troles", apuntó González.
Contenidos ampliados
"Esto está muy mejorado", señaló en la explanada del pozo San Luis. El Ayuntamiento de Langreo puso en funcionamiento el ecomuseo de Samuño a mediados de junio del pasado año pero poco después ya comenzó con la labor de ampliación de los contenidos. Un trabajo que continúa pero que ha permitido recrear espacios como la fragua y la carpintería además de abrir a las visitas el sótano de la sala de máquinas sólo dos meses después de que el tren turístico minero comenzase a circular.
Los primeros viajeros de este año han podido acceder también al espacio en el que se ha realizado una reproducción del botiquín que funcionaba en el pozo San Luis. Posteriormente se unirá la casa de aseos y se abrirá un bar y una tienda de "souvenirs". Ramón González y su esposa tuvieron la oportunidad de contemplar también la locomotora de vapor que funciona estos primeros fines de semana en la estación de El Cadavíu. Es una máquina fabricada en 1920, que es similar a la que circuló por las vías que ahora recorre el tren turístico, que ha sido cedida por el Museo del Ferrocarril de Asturias, ubicado en Gijón.
