TRENEANDO

Y de repente, el tren

6 octubre 2013

montefuerte-cercanias-renfeTOS BERNARDO CORRAL

La imagen habla por sí sola. Recurramos al tópico. Vale más que mil palabras. Hay que rendirse a la evidencia. Un tren en mitad del paisaje. Rompiendo la placidez de la escena, irrumpe el corcel de hierro y se abre paso protagonizando el escenario durante un instante, apenas unos segundos, mientras discurre veloz. Y al poco vuelve la paz del silencio, dominado tan solo por los ruidos de la naturaleza, la espesura vuelve a la calma y se ofrece a la vista sin sobresaltos.

Bernardo Corral, uno de los grandes fotógrafos de este país, ha captado justo el momento del tren irrumpiendo en mitad de la boscosidad. El preciso instante que tarda en recorrer unos escasos metros en el único claro que se abre al espectador. Y sobre los coloridos verdes del Norte, descompone la estampa el rojo y blanco de los Cercanías de Renfe. Ocho, nueve, diez segundos bastan para descubrir todo el arte de una composición natural.

El parque de Montefuerte de Ollargan es un amplísimo parque periurbano que se extiende por las laderas del monte Malmasin, una pequeña cumbre de aspecto cónico que cierra Bilbao por el levante. Este inmenso espacio, es lugar de encuentro para la población de los barrios y municipios limítrofes. En él se entremezclan gentes de todas las edades y se realizan actividades de lo más variopintas.

Está dotado de numerosas instalaciones recreativas y posee multitud de caminos preparados para dar largos y cómodos paseos, además de una gran cantidad de bancos desde los que se contempla una magnífica panorámica de Bilbao. Mesas y asadores se desperdigan por todo el entorno, formando en si mismos varias áreas de recreo. Posee amplias campas como la de Illunbe y ha sido repoblado con una gran variedad de frondosas como abedules, álamos, arces, robles y castaños, que le confieren un aspecto fresco y acogedor.

Las vías de la línea de Cercanías Bilbao-Orduña (C-3) pasan justo por la zona baja del parque, donde se encuentra la estación de Ollargan que pasa casi desapercibida desde el otro lado a los ojos del curioso y sorprendido espectador.

(Imagen Bernardo Corral)

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