Agentes del Seprona y de los servicios de Medio Ambiente de la Xunta levantaron acta el martes de un nuevo vertido al arroyo de Rioseco, a la altura del cruce de la calle Doutor López Suárez. En ese tramo del casco urbano, el río discurre paralelo a las instalaciones de la estación de ferrocarril. Muy cerca del foco contaminante se encuentran los depósitos de combustible del Adif, en los que el vecindario sitúa el origen del problema.

Estos episodios se repiten con frecuencia en los últimos años y motivaron denuncias similares a la que se presentó esta semana. La última intervención del Seprona y de los servicios de Medio Ambiente se produjo en noviembre del 2016, cuando fue detectada en esa misma zona una mancha aparentemente de combustible. Los vertidos en este afluente del Cabe coinciden sistemáticamente en días en los que se producen lluvias importantes.

La contaminación del arroyo Zapardiel por fugas originadas en los talleres de la estación obligó en su momento a Renfe a construir unos depósitos de decantación. En las proximidades de Rioseco, no hay constancia de la aplicación de algún tipo de medidas correctoras.