“Habitualmente viajo en un tren que sale de la Estación de Girona a las 6.29 horas. Es el primer trayecto y va casi vacío en origen. Pero a pesar de que a esas horas somos pocos pasajeros, hace meses que está sucio ya a primera hora (manchas en los asientos, migas, restos de comida…). El otro día, incluso llevaba muchas de las luces de lectura de los asientos encendidas, como si fuera lleno de lectores madrugadores. El pasado julio hice reclamación por diversos canales: informé al revisor, envié el formulario electrónico de Renfe, rellené una hoja del libro de reclamaciones y escribí una carta al conseller de Territori y Sostenibilitat. Pero no ha servido de gran cosa, solo para confirmar que están previstas una limpieza superficial y una profunda diaria. Pero la profunda no la hacen”. Este es el testimonio amargo y quejumbroso de una usuaria del tren de la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles(Renfe), Juan Alfaro, en la provincia catalana de Gerona.

La suciedad y el estado descuidado de los vagones en los que se ven obligados a viajar los ciudadanos atenta contra el bienestar de los mismos, que pagan sus billetes por recibir un servicio de transporte en condiciones decentes. Parece que la Comunidad catalana adolece de estos problemas de limpieza en torno a sus Trenes y Estaciones ya que no es el único caso. La ciudad del área urbana de Barcelona, Sant Adriá de Besós, ha visto cómo se levantaba un muro de dos metros de altura en el medio de sus vías de tren para evitar que la basura se acumule en los márgenes de las mismas. Para ello, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), ha tenido que desembolsar la cantidad de 130.000 euros, tras haber invertido otros 50.000 euros en la extracción de 1.000 toneladas de basura.

Tres años de contrato y miles de euros en consultoría para gestionar la limpieza

Y es que parece que la limpieza le sale cara a Adif. La presidencia de la entidad pública empresarial española, dirigida por Juan Bravo Riera, ha sacado la licitación del “servicio de consultoría y asesoramiento técnico para la racionalización y mejora de la gestión de los servicios de limpieza en Adif y Adif-Alta velocidad”. La operación tendrá un costo para las arcas públicas del Ministerio de Fomento de Íñigo de la Serna de unos 641.300 euros, que es el presupuesto base de licitación para un periodo de 36 meses. Para ello, Adif ha puesto en marcha un procedimiento negociado con publicidad.

En sí, el contrato tendrá como objeto el análisis y diagnóstico de las necesidades destinadas a la optimización y racionalización de la estructura de costes vinculados a la contratación de los servicios de limpieza en Adif y de Adif-Alta Velocidad, junto con la coordinación, ejecución y el seguimiento de la implantación de las actuaciones de mejora que permitan alcanzar los objetivos establecidos. Así, las diferentes fases de los trabajos se ocuparán del análisis de las distintas áreas de actividad, la identificación de posibles mejoras y reducción de costes y, por último, la ejecución de susodichas tareas.

Veremos si, en esta ocasión, la empresa encargada de realizar estas tareas es la adjudicataria o, en su defecto, es el propio personal ferroviario de Renfe, como ocurrió en 2015 debido a la huelga convocada por la delegación sindical de Samsa -socia habitual de Renfe en cuanto a servicios de limpieza se refiere-, y que provocó que la empresa estatal española avisara por SMS a los empleados para limpiar los trenes, siendo condenadas por ello, las empresas públicas y privada.

Doinel Castro