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16 enero 2017

Los recuerdos de Feve se quejan

FOTOGALERÍA

La cabecera de la 'performance' tomando la estación de Sanz Crespo. / JOAQUÍN PAÑEDA

  • SOS Tren embarca en un tren Avilés-Gijón a 80 manifestantes vestidos de época para denunciar el abandono de las cercanías

    • R. M.

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    • AVILÉS / GIJÓN

     

    Diego Granda estudia en la Fundación Revillagigedo y se confiesa: «Lo estoy flipando». Como todas las mañanas anda en el vagón, de regreso a su Avilés natural, pero el tren ha sido tomado por una animada charanga de unas 80 personas. Van disfrazados de curas, monjas, ingenieros de minas, mujeres que van a la ciudad a vender gallinas o berzas. Hay una mujer vestida de miliciana, un periódico de la guerra civil, un puñado de concejales y políticos, gente repartiendo bollos y una bota de vino. «¡He dicho que se sienten todos, coño!», regula en un arranque uno falso guardia civil.

    El colectivo SOS Tren dio ayer la campanada protestando de esa guisa contra el abandono de las cercanías. El grupo nació «tras las cancelaciones de Feve del pasado junio, ahí vimos que esto no podía seguir más así, que había que actuar», recuerda Covadonga Vega, portavoz del grupo. Empezaron doce colectivos; hoy son una treintena, incluidos los ayuntamientos de Avilés y Castrillón, que lo aprobaron en sus plenos.

    Amelia Fernández, alcaldesa de Carreño, dio muestra de ello sumándose a esta caravana que inició su periplo en Avilés y fue sumando pasajeros hasta Gijón. Iban disfrazados de personajes del pasado «pero porque nos preocupa perder el tren del futuro», aclara la regidora. «Reivindicamos que esto es un servicio público y sostenible en el que los horarios deben ajustarse a las personas y no al revés, porque si no empujas a la gente a ir en coche y eso incrementa la contaminación», razonó Fernández.

     
     

    «Esto se presta la broma pero es cosa seria», advierte Carmen Conde, que ejerce de concejal de IU pero ayer optó por el disfraz de monja. «Soy Sor Presa, y pido a la gente que ruegue por el ferrocarril», insta. «Yo soy un viudo que tiene que ir al entierro de su mujer, por eso voy de luto, y este de aquí es un ingeniero de minas», informa Manuel Ángel Presa, del grupo 'Frente del Nalón', expertos en recreación histórica y que anualmente se caracterizan escenas de la guerra civil.

    El pasaje, paciente, asiste al espectáculo con aprobación. «Vengo todos los días a ayudar a la cocina económica y a veces te llueve dentro del vagón, hay unas goteras increíbles, y está todo muy viejo», confirma Eloina Álvarez. «Está muy bien que protesten, que no pase como con Perlora, que la gente se queja solo ahora, cuando ya está cerrado». Sobre la silla de ruedas en la que lleva 20 años, Lucas Morán también sumaba su queja: «Sin el tren no puedo viajar; los autobuses no tiene sitio para nosotros».

    A la comitiva se sumó la europarlamentaria de Podemos Tania Sánchez, el diputado regional Héctor Piernavieja, el coordinador de IU, Ramón Argüelles. «Pon también que hay mucho militante del PSOE», reclama un pasajero. En los vagones la conversación se animaba, mientras el tren de Feve repite su destino, dedicando el tiempo a paradas en las que no se subía nadie.

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