Feve cancela cerca de treinta servicios por averías en la catenaria y los propios trenes

Consiguió trasladar a los viajeros con autobuses. «Si nos oyen esto en la meseta se reirían de nosotros», lamenta IU

R. MUÑIZ | OVIEDO.

Los gerentes de Feve se despertaron ayer con dos problemas. De un lado, la catenaria del tramo Oviedo-Siero amaneció congelada, lo que impidió la circulación de los seis primeros trenes del día. Como solución la empresa puso un transporte alternativo por carretera, según indicaron sus portavoces.

El siguiente frente se abrió en la línea C8, que une el Caudal con Aller. Dos trenes de tracción diesel cubren la ruta y a primera hora de la mañana se averió uno de ellos. Pasadas las 14.30 horas, el que resistía también dejó de funcionar. En el primer tramo horario se estima en unos seis los servicios que no pudieron operarse con ferrocarril, y en unos catorce los suspendidos durante la tarde. De nuevo la compañía tiró de autobuses para recoger a los clientes de los apeaderos de Collanzo, Levinco, Cabañaquinta, Santa Ana, Corigos, Piñeres, San Antonio, Oyanco, Moreda de Aller, Caborana, Santa Cruz, Ujo, Figaredo y Caudalia, para dejarlos en la estación de Mieres, donde podían hacer transbordo con los trenes de ancho convencional (los habituales de Renfe).

Los problemas se producen después de que la empresa se viera obligada a suspender una veintena de servicios el viernes, por falta de maquinistas y averías, y seis más el sábado. En esta ocasión todos los inconvenientes se produjeron con el material móvil o la no aplicación del gel que impide la congelación de la catenaria. Es decir, los gerentes habían logrado disponer de los conductores suficientes, en parte a base de proponer el regreso a los que estaban de vacaciones, indican fuentes sindicales.

La empresa está planteando el regreso de maquinistas que estaban de vacaciones
El diputado de IU, Ovidio Zapico, manifestó que «Feve y las cercanías necesitan voluntad política, crear un frente amplio que nos permita una posición de fuerza frente al ministro De la Serna y a partir de ahí necesita recursos económicos que nos permita tener los medios humanos y materiales, que a lo largo de los años se ha prescindido de ellos». La helada de la catenaria «es una disculpa más ante una situación que indica la agonía del servicio ferroviario», consideró. «Si nos oyen esto en Centroeuropa o en la meseta castellana se reirían de nosotros», ironizó.