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30 junio 2016

Feve empeora su cadena de supresiones con 40 trenes cancelados sin previo aviso

Pasajeros de un ferrocarril de la extinta Feve (hoy Renfe Ancho Métrico), apeándose en Sanz Crespo. Pasajeros de un ferrocarril de la extinta Feve (hoy Renfe Ancho Métrico), apeándose en Sanz Crespo. / JOSÉ SIMAL

  • Los retrasos y problemas provocan que los servicios de ancho métrico muevan en Asturias 718 pasajeros menos al día que el año pasado

     

     

     

    • RAMÓN MUÑIZ

    •  
    • GIJÓN

     

     

     

    La falta de maquinistas está provocando una cadena de cancelaciones en el ancho métrico, el de la extinta Feve. Fuentes del sector ferroviario estimaban ayer en la cuarentena las frecuencias suspendidas hasta media tarde, un volumen apreciable en una empresa que los días laborables programa cerca de 300 conexiones. Los trenes anunciados que no llegaron a destino figuraban en las carteleras de las líneas Gijón-Oviedo-Trubia, Oviedo-Laviana y los regionales entre Pravia y Ribadeo. Las conexiones perdidas en este último tramo responden también a la caída de un árbol en las proximidades de Beifar.

    Renfe declinó concretar oficialmente cuántos trenes no cumplen el servicio, aunque reconoce pasar problemas «puntuales» para mantener su cartelera en las cercanías de Asturias, León y Galicia. El desencadenante de las cancelaciones se encuentra en el plan de bajas incentivadas, que pretende desvincular de la empresa a 750 trabajadores, el 5,2% de la plantilla nacional.

    Las indemnizaciones pactadas con los sindicatos están teniendo éxito, lo que sumando a las vacaciones de los conductores que quedan, ha dejado la base asturiana por debajo del mínimo indispensable para atender la cartelera. La empresa tiene anunciada un concurso para cubrir parte de las vacantes, pero la situación de incertidumbre política parece estar demorando la convocatoria.

     
     

    Fuentes sindicales confirman que «las cancelaciones son la realidad de la gestión diaria en el ancho métrica; un desastre». Los portavoces de los trabajadores lamentan que «esto solo pasa aquí; no es serio que una empresa pública, que tiene reconocidas unas obligaciones de servicio público, no planifique cómo organizarse ante las jubilaciones».

    La mayoría de los apeaderos de la extinta Feve carecen de sistema de megafonía que permita advertir a los usuarios, lo que está agravando la situación. «Todos los días los viajeros se acercan a las oficinas de atención al cliente a protestar», confirma uno de los encargados del servicio.

    La situación está hundiendo en el desánimo a los propios trabajadores, que ven cómo la empresa sigue profundizando su crisis de viajeros. Hasta el 31 de mayo los trenes de cercanías de ancho métrico estaban movilizando a 6.199 usuarios al día, es decir, 718 menos que en el mismo periodo de 2015. En estos momentos los convoyes transportan a la mitad de viajeros que en 2006.

    «Hay una gran confusión entre los billetes, las oficinas y los horarios, no sabes lo que es Renfe y Feve, los trenes van cada vez peor, no hay voluntad de mejora», clamaba a pie de andén Ángeles González, una habitual de la ruta Perlora-Gijón. «Yo una vez me quedé una hora esperando en el andén de Candás», ratifica el viajero Daniel Rodríguez. «Cada día está peor» -confirmaba Merce Fuente, viajera entre Gijón y Lieres-, «hace unas semanas hubo una avería y nos tuvieron que sacar por la cabina».

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