CAPITAL MADRID
3 febrero 2016
No sería la primera que un eventual cambio en la Moncloa da al traste con un macropedido de trenes
El contrato del siglo de Renfe avanza sin conductor y desconcierta a los 6 aspirantes
La red de alta velocidad sigue aumentando en longitud mientras la red convencional va menguando
El sorprendente Contrato del Siglo que puso en marcha Renfe en noviembre con la venia del Gobierno y un presupuesto multimillonario, hasta 2.600 millones de euros, avanza hacia un destino incierto, quemando etapas sin que exista a ciencia cierta certeza de que la compra vaya a materializarse. Los seis grupos industriales que presentaron sus credenciales asisten impávidos a la cuenta atrás sin saber si poner toda la carne en el asador para llevarse un pedido al que el nuevo Gobierno podría dar carpetazo.
Los políticos y por tanto los posibles juegos de alianzas y reparto del poder tienen la palabra. No sería la primera que un eventual cambio de inquilino en la Moncloa da al traste con un macropedido de compra de trenes. Lo hizo Rodríguez Zapatero en la primera legislatura de la dos que ocupó la presidencia.
Mientras tanto, Renfe ha dado por superada la primera fase del proceso de licitación para el suministro de trenes de alta velocidad a Alstom, CAF, Talgo, Siemens, Hitachi y Bombardier. Todas las compañías han superado los requisitos solicitados en el anuncio, por lo que han sido invitadas a participar en la segunda fase del proceso.
El Consejo de Administración de Renfe Operadora aprobó el pasado 10 de noviembre de 2015 la compra de quince trenes de alta velocidad, con posibilidad de pedir hasta quince trenes adicionales, en lotes de cinco. Asimismo, solicitó el mantenimiento de dichos trenes para un periodo de 30 años, con posibilidad de prórroga de 10 años más.
El procedimiento consta de dos fases. Una primera de preclasificación de licitadores, en la que además de la exigencia de ser fabricante de trenes, se debían cumplir requisitos de solvencia técnica y económica-financiera. Y una segunda fase que consistirá en un procedimiento de licitación abierta con las ofertas recibidas. Es decir, la primera fase era más un trámite y ahora es cuándo se juega de verdad la partida. Pero posiblemente, las empresas van a estar más atentas a los medios de comunicación y a lo que les cuenten sus fuentes en medios políticos que a los Excel con los precios a ofrecer y las pantallas con las composiciones finales que quieren ofrecer de sus productos estrella.
Los expertos no dudan de la necesidad de Renfe de contar con más trenes a medio plazo dado el crecimiento de los viajeros y de la red de alta velocidad. Pero todo dependerá también de si se produce la liberalización del tráfico AVE mediante la entrada de competidores privados. El Gobierno saliente también tiene en marcha ese proceso, limitado a la entrada de un solo rival en el corredor Madrid-Levante. Pero este esquema puede cambiar también en función de quién gobierne. La entrada de competidores puede pararse o incluso puede que se abra la mano para que la liberalización tenga más enjundia. Todo ello afecta a las necesidades de material de la compañía ferroviaria.
En medio de esta incertidumbre política y económica, la red de alta velocidad sigue aumentando en longitud mientras la red convencional va menguando. Al cierre de 2015 había 3.143 kilómetros de infraestructuras de Alta Velocidad, lo que supone un incremento respecto al año anterior de 313 Km. Por el contrario, la red convencional pasa de 12.354 kilómetros a finales de 2014 a 12.244 Km (-110 Km). Son algunos de los datos interesantes que contiene la Declaración sobre la Red 2016 de ADIF y ADIF Alta Velocidad que la CNMC acaba de analizar.
Pese a ese incremento de la red, el tráfico de trenes no ha aumentado apenas. Entre noviembre de 2014 y octubre de 2015 ADIF y ADIF Alta Velocidad programaron más de 111.000 trenes, lo que supuso un incremento del 0,12%.