CapitalMadrid
19 enero 2015
La ministra ha llamado a capítulo al sector aéreo y naviero para que repercutan la bajada del combustible
Guerra abierta entre el sector del autobús y Renfe por su agresiva política de tarifas
Fomento trata de evitar una batalla judicial preservando el mayor margen por la caída del precio del petróleo
La tensión entre las empresas de transporte por carretera y el Ministerio de Fomento es máxima por la agresiva política comercial de Renfe, que lejos de cejar en el empeño, va a redoblar su apuesta a lo largo de este 2015. Las fricciones han provocado quejas continuadas de las empresas de autobús acusando a la operadora pública ferroviaria de tirar los precios para ganar cuota de mercado a otros modos de transporte, sobre todo al autobús y al avión, a costa de su cuenta de resultados, que registra pérdidas que son sufragadas con dinero público.
Las amenazas ya se han convertido en una demanda en Bruselas de la patronal Fenebús a la que podrían seguir otras de otras patronales y acciones judiciales dentro del ámbito español.
En un difícil y delicado juego de equilibrios el Gobierno está dispuesto a seguir apostando fuerte la baza del AVE a la vez que parece dispuesto a mirar para otro lado con respecto a la mejora de los márgenes de explotación de las empresas de autobuses derivado del fuerte desplome del petróleo y, en menor medida, del gasóleo y de la gasolina.
No ocurre lo mismo con el sector aéreo y el naviero, a los que la ministra de Fomento acaba de llamar a capítulo para que repercutan en el precio de los billetes la bajada del combustible. La ministra de Fomento, Ana Pastor ha convocado a una reunión a las compañías de ambos sectores y, para elevar la presión, lo ha hecho público. El objetivo, según Pastor, es que los ciudadanos noten la bajada del petróleo "porque hasta ahora no lo están notando".
En paralelo, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha anunciado que, en estos momentos, diversos departamentos del Gobierno están estudiando "medidas adicionales" por si la reducción registrada en las últimas semanas en el precio del petróleo "todavía puede trasladarse más directamente al precio de la gasolina".
Renfe mientras tanto no ceja en el empeño, antes al contrario, y anuncia que para este año va a redoblar su ofensiva sobre los precios. El operador ferroviario, ahora bajo la presidencia de Pablo Vázquez, renueva así unos descuentos beneficiosos para los clientes pero muy polémicos.
La iniciativa supondrá que Renfe ofrecerá durante este mes de enero 750.000 billetes de tren AVE y Larga Distancia con un descuento de hasta el 70%. Las plazas ofrecidas incluyen todos los servicios de Alta Velocidad y Larga Distancia que explota la operadora adscrita al Ministerio de Fomento. Así, permitirá comprar un billete para el AVE a Barcelona por 32 euros, para el AVE Madrid-Sevilla por 22,65 euros y para el Madrid-Valencia por 21,7 euros. En el caso de la conexión entre Madrid y Barcelona -donde el AVE mantiene una cuota de mercado del 60%- la medida supone acentuar la competencia con el puente aéreo, para el que Iberia busca una solución, y las empresas de transporte por carretera. En el de Madrid-Valencia, incrementar el tráfico sobre la primera línea de alta velocidad que el Gobierno quiere abrir a operadores privados. La iniciativa se enmarca en los objetivos que se ha fijado Pastor para el transporte ferroviario, al proponerse duplicar el número de viajeros que usan el tren de alta velocidad y llegar a los 50 millones una vez se haya completado en 2015 la mayor parte de la red española para el AVE. Pero el modelo no acaba de cuadrar. Renfe tiene que pagar un peaje por usar las vías al ente público, Adif, que las construye y las paga y ese precio es muy elevado porque Adif está muy endeudado y tiene que autofinanciar parte de sus gastos. Todo apunta a que cuanto más viajeros mueve Renfe, más pierde. En concreto, Renfe Viajeros cerró el pasado mes de noviembre con unos números rojos netos de 113,17 millones de euros, lo que supone más que duplicar (+133%) los 'números rojos' del mismo periodo de 2013, a pesar de los récord de pasajeros que viene contabilizando el servicio de Alta Velocidad (AVE). La división de AVE Larga Distancia facturó 1.127 millones de euros en los once primeros meses del año, un 6% más, con lo que aportó casi la mitad (el 46%) de los ingresos totales contabilizados por todo el negocio de tráfico de viajeros.
De su lado, los servicios considerados públicos, los trenes de Cercanías y Media Distancia (regionales), ingresaron 657,5 millones hasta noviembre, un 2,9% más. En total, Renfe Viajeros, una de las cuatro filiales en las que a comienzo de año la operadora canalizó sus distintos negocios, facturó 2.409 millones entre enero y noviembre, un 5,1% más.
Este aumento de ingresos no pudo cubrir el incremento del 8,5% que registró el capítulo de gastos, en el que destaca el correspondiente citado canon o peaje que Renfe paga a Adif por el uso de las infraestructuras ferroviarias. Entre enero y noviembre, abonó por este concepto, según datos facilitados por Europa Press, un total de 605,4 millones de euros, un 21,8% más que un año antes.