Hace algo más de tres semanas, Feve modificaba los horarios de los trenes de cercanías, líneas de media distancia y los regionales en Asturias. El objetivo, en lenguaje técnico, "era ajustar la oferta de itinerarios a los tiempos de marcha señalados por Adif". De forma práctica, pretendía aliviar la acumulación demoras y cancelaciones que han provocado en los últimos meses un alud de quejas y que han agudizado la pérdida de pasajeros. La medida parece no haber surtido efecto. Los retrasos continúan acumulándose en los servicios de todas las rutas y trenes como el directo que conecta Oviedo con Laviana a última hora de la tarde se suspende varios días a la semana, sin previo aviso. La medida, por tanto, no ha surtido efecto. Los rumores en torno a la compañía apuntan a que en breve se podría volver a practicar un ajuste de la programación.

EL SENADO

Esta parece que va a ser la única intervención a corto plazo. El PP rechazó esta semana en el Senado una moción presentada por el parlamentario asturiano Jesús Iglesias, en representación de IU, en la que reclamaba la elaboración de un plan de mejora de Feve, en el plazo de seis meses. Entre las obras propuestas por Iglesias está el desdoblamiento de vía en nuevos tramos y extender la electrificación de la red, para mantener e incluso recuperar pasajeros. Explicó a sus colegas de la Comisión de Fomento que la reordenación de la empresa y su integración en Renfe han repercutido de manera muy negativa en el servicio y ha supuesto hasta la supresión de personal en las estaciones. También insistió en la urgencia por adoptar medidas para frenar la sangría de usuarios. 

La senadora del PP Laura Sampedro, también asturiana, justificó el rechazo de su partido a la petición de IU con un argumento genérico, según el cual el Gobierno central ya está invirtiendo en la mejora de la red de Feve. Destacó como logros la integración tarifaria y los refuerzos en la campaña de Navidad.

Mientras tanto, los retrasos se acumulan a diario y a última hora de la tarde alcanzan hasta los 15 minutos. Los viajes se complican para los pasajeros que tienen que hacer algún trasbordo, fundamentalmente, en los nudos de Oviedo y El Berrón. Cuando el tiempo de demora es alto, los enlaces no se producen y los pasajeros tienen que esperar al siguiente horario en una estación intermedia. Esta misma semana, en un caso extremo, un pasajero tardó tres horas en llegar desde Oviedo a Carbayín.

CICLISTAS Y TRENES VACÍOS

El colectivo Asturias al tren denuncia también la falta de adaptación a la realidad del servicio. Un caso muy significativo que ha estudiado durante meses: Feve tiene un servicio diario de Gijón a Laviana que parte a las 6:25 de la mañana. Entre el punto de salida y Noreña solo recoge pasajeros en Tremañes. Son trabajadores de El Tallerón. En el resto del tramo nadie se sube ni se baja desde hace años. Sin embargo, la compañía insiste en mantener todas las paradas y en alargar su duración, en lugar de convertirlo en semidirecto. De regreso a Gijón, ese tren parte de Laviana a las 7:45. En ese horario, el tráfico de viajeros ya es intenso en todas las estaciones y apeadores, por lo que no conviene modificarlo. Carlos García, presidente de Asturias al tren, utiliza este ejemplo para denunciar la falta de flexibilidad de la empresa ferroviaria y para ejemplificar su falta de adecuación a las necesidades de los pasajeros.

Otro caso llamativo: la restricción de cinco bicicletas por convoy resta excursionistas entre los pasajeros de Feve. La actual normativa vigente limita a ese número, por espacio, en trenes con 76 asientos que, a muchas horas viajan prácticamente vacíos. Asturias al tren conoce grupos de viajeros que iban a la Senda del Oso y se han quedado en tierra al llevar más de cinco bicicletas, cuando dentro del vagón iban tan solo cinco pasajeros. Su propuesta consiste en eliminar ocho asientos por unidad en los cercanías y dos asientos más en los regionales que van a El Ferrol y a Santander, para dejas espacios a más bicis y, paralelamente, suprimir la limitación máxima.

Carlos García señala que los usuarios de Feve han optado por la "protesta silenciosa" que consiste en dejar de viajar en tren y cambiar este medio por el autobús o el vehículo particular. La tendencia se ha agudizado en los últimos meses pero apenas acapara titulares porque no se organizan protestas ni nadie sale a la calle. "Fomento solo ve el AVE y se olvida de los trenes de cercanías y de media distancia que son los que usamos a diario. Mientras no inviertan en desdoblar la red viaria, no habrá solución insiste".