"No soy capaz de ver todas las imágenes del accidente y desde que ocurrió le tengo pánico al tren", relata María Feria Ramírez, una de las personas heridas en la tragedia ferroviaria de Angrois y que fue la última en ser dada de alta en el hospital. María tiene 71 años, está jubilada y cuando ocurrió el siniestro se desplazaba a Noia, de donde es natural su marido, Lorenzo Paz, y en donde veranean todos los años. Nació en Huelva pero vive en Torrejón de Ardoz desde hace 34 años, aunque se siente "una noiesa más".
Las imágenes, las emociones y los recuerdos de la jornada trágica, la más dura de su vida, se quedaron en Ourense cuando le telefoneó su marido para decirle que la iba a ir a buscar a la estación de Santiago. Desde ahí ya no recuerda nada más. "Desperté quince días después en el hospital, donde estuve ingresada dos meses y medio, y aún hoy no me acuerdo de nada".