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26 agosto 2014

A pedradas contra el Tren

Publicado en Jaén Escrito por  22 Agosto 2014

 

Dos jiennenses pasean junto a las vías de la capital. Dos jiennenses pasean junto a las vías de la capital. Agustín Muñoz

El tren aminora la velocidad.Le queda poco para llegar a la estación de Andújar. Viene desde Sevilla en un trayecto que acaba en Jaén. Algunos de los viajeros duermen. Otros “juguetean” con los teléfonos móviles. Incluso, los hay que se animan con la lectura. Sin embargo, un estruendo hace que se escuchen gritos en el vagón. El golpe es tremendo y procede de una ventanilla. Todos la miran y ven el cristal hecho añicos, aunque permanece en su lugar. Una piedra lo ha destrozado. No es la primera vez que ocurre. Por eso, los ferrocarriles llevan doble cristal en los vagones de los viajeros. Se puede romper uno, pero partir los dos resulta prácticamente imposible.


El vandalismo aumenta en periodo de vacaciones, ya que, generalmente, sus protagonistas suelen ser adolescentes que tienen más tiempo libre. No son los únicos, pero sí los más habituales. Para Renfe es un inconveniente más de los muchos a los que se tiene que enfrentar dentro de su servicio. Sus explicaciones hacen pensar que Jaén no es una provincia demasiado “gamberra” o, dicho de otro modo, aquí hay actos vandálicos, pero no demasiados.
La Comandancia de la Guardia Civil también lo confirma. Alguna vez se dan casos, pero no es un fenómeno demasiado habitual. Pese a todo, Renfe incrementa la vigilancia dentro de los convoys y, también, en las estaciones y puntos problemáticos. No hay duda de que hay otras provincias mucho peores que Jaén. Pese a que puede parecer hasta un juego de puntería, esta gamberrada sale cara. Dos vecinos de Orense —de 24 y 19 años— se enfrentaron a penas de un año de prisión por colocar unas piedras en las vías. Asimismo, un vecino de Alicante tuvo que afrontar una multa de 480 euros por tirarle una piedra al tren en el que viajaban seguidores del equipo rival, como era el Elche.

difícil misión. Acertarle a un tren tampoco es sencillo. Pese a que se ve muy grande, darle a la ventanilla desde un lugar lejano resulta tarea sencilla. En Jaén resulta mucho más complicado porque, además, hay pocos ferrocarriles que funcionen como blanco. Cuando se produce un acto vandálico, Renfe tiene un protocolo muy claro. De inmediato, se informa a la Guardia Civil del lugar para intentar detener a los causantes de la gamberrada. Curiosamente, sale más caro colocar piedras en las vías que lanzarlas contra las ventanillas porque pueden generar un accidente grave.
En cambio, el vandalismo es mucho más que piedras. Las estaciones son uno de los edificios más pintados que existen en la geografía española y Jaén tampoco es excepción. También algunos grafiteros usan los ferrocarriles como “lienzo”. Para combatirlo, se trabaja con las cámaras de videovigilancia, que son reveladoras cuando se busca a los infractores.

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