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24 julio 2014
Jesús Domínguez víctima y presidente de la plataforma ALVIA04155
“Llevo un año de baja y 15 operaciones, pero doy gracias porque toda mi familia está viva”
23/07/2014 - Laura Martínez
- "Sé que mi vida ya no va a ser igual sigo en rehabilitación, pero no me puedo quejar. Gracias a Dios yo no he perdido a nadie”, dice Jesús.
- "Es muy difícil ponerse en nuestro lugar. Hay gente que ha preferido no saber nada, no pide ayuda y ni tan siquiera quiere hablar del tema, no tiene fuerza", apunta esta víctima
Jesús Domínguez
Dolor, indignación, verdad y justicia. Estas son las palabras que más repite, Jesús Domínguez, víctima del accidente de Santiago y presidente de la plataforma ALVIA04155. Eran las 20.40 de 24 de julio de 2013, Jesús iba en el tren con su familia. En la curva de A Grandeira, el maquinista cogió una llamada de teléfono corporativa que le distrajo por lo que no frenó a tiempo. En ese momento su vida y la de su familia cambió para siempre.
Jesús se define en todo momento como una persona afortunada ya que él y su familia está bien. Solo sufrieron heridas de mayor y menor gravedad. “Yo llevo un año de baja, estuve tres meses ingresado y he pasado por 15 operaciones. Sé que mi vida ya no va a ser igual sigo en rehabilitación, pero no me puedo quejar. Gracias a Dios yo no he perdido a nadie”, apunta.
El presidente de la plataforma ALVIA04155 muestra en todo momento su indignación por cómo ha transcurrido este año. “Consideramos que el Gobierno y la oposición nos han engañado en estos meses. Sabemos que el accidente de Santiago se podría haber evitado pero hubo muchos errores. No se debió cambiar el proyecto y inicial y tampoco se debió desconectar el sistema de seguridad. Es más, unos meses antes un jefe de maquinistas mandó una carta a varios altos cargos de Renfe avisando de que se podría producir un accidente. Solo un año más tarde nosotros íbamos en ese tren”, explica.
“El accidente estaba cantado”, reitera Jesús Domínguez. “Lo peor de todo en este año ha sido el engaño. Nos presentaron esta línea como la más moderna con las últimas tecnologías y los mejores sistemas de seguridad. Sin embargo, estos sistemas no estaban aunque los ciudadanos sí los habíamos pagado. Esto crea mucha indignación y más cuando ves que no ha dimitido nadie”, destaca Domínguez.
Durante estos meses, la asociación se ha convertido en el gran apoyo de las víctimas. “Es muy difícil ponerse en nuestro lugar. Hay gente que ha preferido no saber nada, no pide ayuda y ni tan siquiera quiere hablar del tema, no tiene fuerza. Las personas que han perdido a alguien son las que peor lo llevan. Esta pérdida es para toda la vida y no se puede superar. Lo único que ayuda es ver que se ha hecho justicia y esto no ha pasado. Las victimas solo queremos la verdad y justicia, la reparación ya es la tercera parte. La situación en la que estamos ahora solo genera más dolor”, explica el presidente.
Jesús Domínguez destaca que están luchando por toda la gente del accidente que no tiene voz o que no tiene fuerzas para luchar, “cuando hablas con una personas que ha perdido a un hermano, madre o primo te das cuenta que lo afortunado que eres. Lo peor de todo es la indignación porque sabes que todo este sufrimiento se podría haber evitado, por eso necesitamos que alguien asuma responsabilidades del accidente. Nuestro único error fue coger un tren que no cumplía con los requisitos de seguridad”, concluye Domínguez.
