La Voz de A Coruña

15 julio 2014

El centro social que se fue con el AVE

Los vecinos de Boedo exigen al Concello de Culleredo que construya el local comunitario tras ser derruido el anterior para levantar el viaducto del tren

 

15 de julio de 2014

 

 

 

Vecinos de Boedo posan bajo el viaducto que obligó a derribar el antiguo centro social. e. Silveira

 

«Tiñamos un centro precioso: con clases de cociña, ximnasia, manualidades, costura... era moi bo, moi bo, moi bo», recuerda Manola Arcas, una de las siete alumnas del único curso que ahora se imparte en el núcleo de Boedo (Culleredo), el de alfabetización. Las sesiones se celebran en la actualidad en una habitación alquilada por el Concello que pertenece a una casa particular, pero con el final del curso parece que se ha acabado también el alquiler. «O outro día chamaron do Concello para dicir que viñan vir pola chave e agora non temos onde xuntarnos», añade esta vecina de 73 años.

El núcleo de Boedo perdió hace más de una década su centro social -además de una pista polideportiva y el palco de la música- cuando el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) construyó el viaducto del AVE sobre la aldea y desde entonces espera a que el Concello de Culleredo levante un nuevo edificio para recuperar el punto de encuentro vecinal. «Fomos a Culleredo e dixeron que en xaneiro. Xaneiro pasou e non temos centro», señala Manola, quien asegura que sus palabras resumen el sentir de todos los vecinos: «Todos suspiramos por el».

Aunque el Concello ya llevó a pleno en marzo la tramitación del espacio para construir el nuevo equipamiento, los vecinos ya no se fían. «Vas pedir unha cousa e todo é si, si, pero nunca chega. Isto é un desastre», añade esta residente, quien subraya que, además de no estar acondicionado para otras actividades, el local que ahora ocupan tiene unas dimensiones muy reducidas que limitan mucho el uso por parte de los vecinos.

Los residentes de este núcleo también lamentan que en la explanada que se extiende ahora bajo el viaducto del tren no exista alumbrado y que el Concello haya instalado solo un punto de luz. «Puxeron un foco para os que xogan a chave; os outros parece que non somos veciños», explica Manola Arcas.

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