RENFE se ha gastado hasta noviembre de este año unos 60.000 euros para arreglar los destrozos que los vándalos han producido en los trenes e instalaciones en Aragón. Todos ellos en Huesca, ya que los ocho actos --fundamentalmente grafitos-- denunciados ante la Guardia Civil en los dos últimos años son en esta provincia y, particularmente, en la estación de Canfranc. La limpieza de los 296 metros cuadrados de pintadas ha costado a Renfe 58.983 euros, este año. A ello habría que sumar los arreglos de ocho trenes apedreados y once arreglos en edificios que, según la empresa, tienen un coste "mínimo".

Cuatro de las ocho denuncias derivan de Canfranc, que en el 2001 sufrió dos episodios de pintadas --por las que no se pudo identificar a nadie-- y este año, otro más. El cuarto caso fue una tentativa de hurto de materiales y destrozos en vagones abandonados, pero sus autores, cuatro jóvenes, fueron identificados.

El año pasado hubo otras dos denuncias en Binéfar, a la que se sumó una tercera este año. Sin embargo, el episodio más curioso en el 2012 fue en la via férrea de Caldearenas, una de las llamadas misiones, un fenómeno al alza en España que en Aragón no tiene mucho seguimiento. Consiste en que los vándalos abordan un convoy en la estación, activan el freno de emergencia y bajan para hacer pintadas, y grabar o fotografiar su obra y exhibirla en redes sociales. Su rapidez impide identificarles si no es con rastreo informático. No hay detenidos, pero se sabe que fueron cuatro jóvenes los que subieron al tren en la cercana estación de Anzánigo.