TRENEANDO

Fomento estudia la supresión de algunas líneas de ferrocarril con escaso tráfico y rentabilidad

8 octubre 2012

El ferrocarril español sigue bajo amenaza. Ahora peligra la continuidad de algunas líneas. El Ministerio de Fomento se plantea la posibilidad de cerrar algunos trazados del ferrocarril convencional, bien por la escasa circulación que hay en algunos de ellos (menos de 300 al mes), bien porque sean deficitarios o aquellos que no entren en la configuración de tráficos considerados de “servicio público”. Es un primer avance sobre el proyecto de racionalización de la oferta ferroviaria que el Departamento que dirige Ana Pastor incluye en su Plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda (PITVI) para el periodo 2012-2024.

La red ferroviaria presenta un nivel de aprovechamiento “medio o bajo”. Por ello, es necesario “identificar a las infraestructuras que permitan reestructurar y mantener una red pública viable, pasando a cerrar las líneas deficitarias que no estén vinculadas a obligaciones de servicio público”. El objetivo de Fomento pasa por tanto por “satisfacer las necesidades de transporte de la forma más eficiente y sostenible, y con los recursos adecuados” para, en último término, “garantizar una red ferroviaria pública viable”.

La racionalización del servicio ferroviario tendrá tres partes: la revisión de los servicios de transporte en tren que se prestan, la de los trenes que se utilizan y la de la red de líneas de tren.

Fomento prevé someter a un “análisis de viabilidad” a todas las líneas de ferrocarril convencional (aquellas que no son de Alta Velocidad) que tengan poco tráfico y no estén vinculadas a la prestación de servicios públicos. “En función del resultado del análisis se establecerá un plan para cada línea que puede incluir su cierre inmediato o una nueva estrategia de gestión”, indica el PITVI.

Este plan detalla que serán susceptibles de cierre aquellas líneas que registren menos de 300 circulaciones de trenes mensuales, que no permitan circular a más de 75 kilómetros por hora o que cuenten con una línea AVE paralela que cubra la misma conexión. También se tendrá en cuenta el grado de accesibilidad al territorio que proporcionen en relación a otros modos de transporte como el autobús, y se sopesará la “potencialidad” que ofrezcan para el transporte de mercancías.

El eventual cierre de líneas será el último eslabón de un proceso que, en primer término, pasa por fijar el listado de servicios de transporte en tren que se considerarán de obligación de servicio público (OSP).

El Ministerio prevé presentar antes de que concluya el año esta relación de servicios, que también puede conllevar el cierre de algunas de las actuales conexiones. Se considera de interés general el transporte en tren que los ciudadanos utilicen “de manera habitual e intensiva” y que sea “eficiente desde el punto de vista social, económico y medioambiental”.

En segundo término, Renfe adaptará su oferta de servicios y su parque de trenes a dicho listado y “a sus necesidades actuales y futuras”. El material móvil que resulte excedentario se traspasará a una sociedad filial de la compañía que se dedicará a alquilarlo a otros operadores.

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