Galicia se vuelve a subir a un tren vertebrador entre sus urbes. Es evidente. Las mejoras habidas en las infraestructuras hacen atractivo el viaje entre ellas y los principales núcleos poblacionales a los usuarios. Tener tres ciudades entre las doce con más movimiento ferroviario de pasajeros de España es un fiel reflejo que se recoge en el último informe anual del Observatorio del Ferrocarril.

Pero la progresión iniciada en la presente década no alcanzará su máximo hasta la próxima, cuando estén operativos los servicios de alta velocidad. Santiago de Compostela, entre media y larga distancia, ya superó los 2,58 millones en 2017.

En ese año -son los últimos datos aportados en el documento hecho público semanas atrás- el orden de poblaciones por volumen de tráfico de media distancia fueron: Barcelona (suman las terminales de Sants y Paseo de Gracia), con 7,1 millones; Madrid (Chamartín y Atocha), con 6 millones; Sevilla, con poco más de 3; Córdoba, con casi 3; Girona, con cerca de 2,8; Santiago, rozando los 2,3; Valladolid, con 1,834.

En octava posición está A Coruña, con apenas seis mil viajeros menos que la anterior. Vigo en la posición doce sumó 1,07 millones, y más abajo, Pontevedra (en la 18), pasó de los 800.000 pasajeros; Vilagarcía de Arousa (en la 20), rozó los 625.000, y Ourense (en la 23) superó los 534.000. Si comparamos las cifras con las registradas en 2007, cuando la renovación de la infraestructura ferroviaria estaba en mantillas en Galicia, se puede apreciar la diferencia en nuestras terminales. Así, Santiago figuraba hace una década en el décimo lugar con 1,26 millones; Vigo, como caso singular quizá por ser donde más tarde llegó la modernidad, repetía la duodécima posición con casi 936.000, cantidad que no superaría hasta 2015; A Coruña estaba en el décimo tercero con algo más de 885.000, Pontevedra (en el 19) con cerca de 667.000 y Vilagarcía en el 26 con poco más de 455.000. Y Ourense llegó a entrar en las treinta primeras urbes hasta 2016.

Otra circunstancia que ratifica la importancia de disponer de buenas vías es la evolución del Eje Atlántico, Así, el corredor norte entre Compostela y la ciudad herculina pasó de los 887.440 viajeros en 2011, año en el que en diciembre entró en servicio la electrificación, hasta llegar a los 1.131.665 en 2017.

Ese tramo es el quinto más transitado de España y tras crecer un 5,5% en el último ejercicio registrado, se coloca a apenas once mil pasajeros al de Barcelona-Tarragona, al que ya le recortó 230.000 en esos siete años. Y en cuanto al de Santiago a Vigo, que se completó en abril de 2015, el último crecimiento fue del 9,7%, y ya lo utilizan 328.426 ciudadanos al año.

avance en larga distancia

••• La evolución en los trayectos de larga distancia es menor que en los interiores, pero se dieron avances cuando se rebajó el tiempo del viaje a Madrid en 2011 y 2014. Antes del inicio de la cons­trucción de la línea de alta velocidad, en 2006 lideraba Ourense, con 126.674; seguida por A Coruña, con 118.664 viajeros. En 2013, la ciudad de As Burgas llegaba a 225.196 y la herculina a 180.905, superada ya por Santiago, con 189.002. Vigo tenía 166.903. 

••• En el último dato de 2017, Ourense es la vigésima de España, con 411.332; y Santiago tuvo 283.331. Sin duda con la llegada de los trenes veloces el salto será definitivo. La previsión es sumar en el primer año completo de funcionamiento, entre todas las urbes gallegas, más de dos millones de pasajeros hacia el resto de destinos de fuera de la autonomía.