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25 octubre 2018

Asturias

Los errores del AVE fuerzan una reordenación dentro de Adif

Isabel Pardo de Vera, presidenta de Adif. /
Isabel Pardo de Vera, presidenta de Adif.

«Han de desaparecer los sesgos políticos», insta su presidenta. La sociedad pagará 0,7 millones a Dragados sin que ponga un metro de vía

R. MUÑIZ GIJÓN. Lunes, 22 octubre 2018, 04:09
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La variante de Pajares costará más de 3.670 millones y si nada se tuerce habrá exigido 16 años de obra. La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, es la primera que asume ese cargo procediendo de la propia empresa; con EL COMERCIO identificó un rosario de errores que pretende evitar con la reordenación que está ejecutado en la sociedad.

El último traspiés pasa por Dragados. En 2014 Adif le adjudicó el montaje de una vía en el lado asturiano, a pesar de que los técnicos advertían de que quedaba mucho tiempo aún para poder iniciar esos trabajos. Aquel encargo permitió a la entonces ministra, Ana Pastor, defender que ella había cumplido contratando lo que faltaba. Hubo que suspender la encomienda y la parálisis facilitó cambiar el proyecto de vías. Al final lanzar el plan actual obligaba a rescindir a Dragados, lo que supuso indemnizarle con 0,7 millones sin que ponga un metro de vía.

A Dragados se la fichó cuando la variante iba a abrir con vía en un solo túnel, «un error de bulto», apunta Pardo de Vera. Cuando se quisiera montar el segundo túnel habría que cortar el tráfico ferroviario. Con el anterior ministro, Íñigo de la Serna, los técnicos fueron presionados para cambiar y dar por bueno que se montara doble vía en ancho internacional, «un desastre en términos de mercancías», revela ahora la presidenta de Adif.

«Las infraestructuras no deben depender de la política», reclama. «El problema de no tener un pacto común por las infraestructuras es que la política puede interferir en cualquiera de las fases» de una obra, lamenta. Como ejemplo recuerda que «ha ocurrido» que públicamente se apueste por una línea, se paguen estudios, se ponga a los técnicos a tramitar durante años los permisos, y al final se deje caducar la autorización ambiental. Es lo que pasó con el tramo Lena-Gijón de alta velocidad.

«Con el modelo que estamos desarrollando ahora tienen que desaparecer los sesgos políticos», anima. La receta implica cerrar con Fomento programas plurianuales de inversión en mantenimiento, tener «una estructura de profesionales muy solventes, especializados y con estabilidad para trabajar», dar más tiempo a los estudios, licitar la obra huyendo de las pujas que tiran los precios, y volver a ser ágil a la hora de tramitar suspensiones, modificados o rescisiones de contratos.

 

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