¿Cuánto costará el soterramiento del Tren de Alta Velocidad (TAV) en Bilbao y quién lo pagará? Las dos preguntas que ayer resonaron en las paredes del salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao se quedaron sin respuesta y, por lo manifestado por los anfitriones del evento, quedarán postergadas al menos hasta el verano de 2018. Entonces, el Ministerio de Fomento encabezado por Iñigo de la Serna tendrá concluido el proyecto informativo y será el momento de que las instituciones públicas concreten cómo se financia una obra que transformará el centro de Bilbao, con la recuperación de más de 70.000 metros cuadrados que compactarán los barrios de Zabalburu con los de la Bilbao La Vieja y Miribilla. Un proyecto que, sin embargo, no tiene el apoyo económico de la Diputación de Bizkaia como confesó el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, que dejó la puerta abierta a que la institución presidida por su compañero del PNV Unai Rementeria se incorpore a un futuro convenio en el que se estarán el Gobierno de Rajoy y el Ejecutivo de Urkullu.

El ministro Iñigo de la Serna y el alcalde de Bilbao ratificaron el compromiso del Gobierno central y del Ayuntamiento para hacer realidad el soterramiento completo de las líneas de ferrocarril, tanto del TAV como las que actualmente utilizan las playas de vías que discurren desde el puente de Cantalojas hasta la estación de Abando. De la Serna y Aburto presidieron una reunión en la que también participaron el presidente de Adif, Juan Bravo, el teniente de alcalde, Ricardo Barkala, y el director de gabinete, Aitor Bilbao, en la que las dos instituciones adelantaron los próximos pasos que darán para acelerar un enorme proyecto que había sido descartado por el Gobierno de Mariano Rajoy en la anterior legislatura, al generalizarse el criterio de evitar los soterramientos en las entradas del TAV a las capitales por su alto coste.

Una posición política que constató el entonces ministro de Fomento, Rafael Catalá, cuando el 1 de septiembre de 2016 visitó Bilbao y rechazó que se realizaran «obras faraónicas» como la que ya postulaba el alcalde de Bilbao junto a la consejera Ana Oregi, y que logró el impulso definitivo con el apoyo del PP de Bilbao. El giro radical en el posicionamiento del Gobierno de Rajoy sobre los soterramientos del TAVen Bilbao y en Vitoria se inició con el trabajo realizado por el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, el portavoz del PP en Bilbao, Luis Eguiluz, y el director general de Euskal, Trenbide Sarea, (ETS) y ex concejal de Bilbao José Luis Sabas. Una cocina que fructificó con la puesta en marcha de la actual legislatura y el nombramiento de De la Serna, que ayer desveló que la implicación del Gobierno central no sólo supondrá rectificar su posicionamiento inicial -se contemplaba el soterramiento sólo parcial- sino que personalmente había explicado ante el Banco Europeo de Inversiones la importancia del proyecto para facilitar que, además de la aportación pública -salvo de la Diputación de Bizkaia-, también se cuente con una financiación blanda que se solicitará cuando el equipo de Aburto determine los aprovechamientos urbanísticos de los terrenos liberados.

Precisamente la complejidad de la construcción soterrada del TAV, la habilitación de una nueva estación ya proyectada con dos niveles, y la urbanización posterior obligaron a Aburto y a De la Serna a ser muy cuidadosos con las fechas previstas. El objetivo es que en otoño de 2018 estén claras las dos preguntas que ayer se quedaron en el aire y que las obras -sobre las que no se estableció fecha- se inicien con el soterramiento del nivel que utilizará el TAV. De la Serna confió en que estos accesos estén concluidos en 2023, pero evitó concretar cuándo se concluirá el túnel por el que se facilitará la entrada del resto de conexiones ferroviarias. La urbanización del espacio liberado será la última fase del proyecto.