Adaptarnos a Europa cuesta. Bajarse de un avión, atravesar una terminal, subirse a un tren o autobús, y en otra estación pasarse a un bus o tren comarcal o regional, es algo común desde hace décadas. Es la intermodalidad que aquí en Galicia empezó a escuchar con cierta timidez al principio del presente siglo.

En esa década comenzaron a desarrollarse los proyectos, que se centraron en cinco ciudades, Santiago de Compostela, A Coruña, Vigo, Ourense, y Lugo. Y aunque los pilló la crisis, el equipo de Fomento de José Blanco llevó adelante la licitación para escoger los estudios de arquitectos que diseñaran las nuevas estaciones.

En los presupuestos iniciales destacaban proyectos de las ciudades más pobladas, A Coruña, con 182,5 millones (76,5 eran para el centro comercial Vialia) y Vigo, con 181,1 millones (de los que 76,6 se destinaban también a un centro comercial). Le seguía en importancia Ourense, con 67,3, y después se encontraba Santiago con 34,9 y Lugo, con solo 13.

El caso de Vigo es distinto a los demás. En 2008, Nuevas Estaciones Ferroviarias (Nefsa), una entidad entonces dependiente de Adif, encargó el proyecto al arquitecto norteamericano Thom Mayne, premio Pritzker 2005 (como el Nobel del sector) que trabajó en el mismo bastantes meses hasta la presentación de su plan el 15 de febrero de 2011.

Los otros cuatro proyectos tuvieron su concurso de ideas. El primero en adjudicarse fue el de Lugo. El 28 de abril de 2011, el jurado de Adif estimó vencedor a la idea presentado por Eptisa Servicios de Ingeniería-Junquera Arquitectos-Calter Ingeniería, bajo el título "Ponte Bela". El siguiente en darse a conoce, el 12 de mayo de 2011, recayó en el arquitecto pontevedrés César Portela, quien recibió la adjudicación de la redacción del proyecto de la estación de San Cristóbal de A Coruña.

Habría que esperar al 12 de diciembre de 2011, con el gobierno socialista ya en funciones, cuando se adjudicó el de la estación de Ourense al prestigioso urbanista británico Sir Norman Foster asociado para afrontar la redacción del proyecto con el arquitecto ourensano Juan Cabanelas.

Y en el caso de Santiago, el 9 de septiembre de 2011 se preseleccionaron siete candidaturas, siendo la mejor puntuada la formada por Intecsa-Inarsa - Rubio & Álvarez-Sala - Juan Herreros Arquitectos. Pero ese proyecto no llegó a adjudicarse, lo que conllevó muchas negociaciones hasta la situación resuelta semanas atrás.

LLEGAN LAS REBAJAS. De todos los proyectos, solo el de Vigo, que empezó a ejecutarse en la etapa socialista, se acabó en su primera fase. La terminal de Urzáiz tenía una gran trascendencia en los planes para el Eje Atlántico ferroviario de altas prestaciones, que hoy en día se quedó a medias.

La nueva estación de Vigo está pensada como pasante -por ello se rebajó la cota de la vía en 15 metros- ya que mediante un túnel bajo la Gran Vía con salida en Sárdoma para seguir a O Porriño, se permite una conexión continua ferroviaria de Ferrol a Lisboa. Pero este proyecto está paralizado.

Total, que hace quince meses que entró en servicio la estación de Vigo Urzáiz tras una inversión de 104,5 millones en tres fases: excavación y cimentación (68,4), andenes y vías (14,4), y cubrición (21,7). Pero queda por construir la terminal de autobuses (se estiman unos 11,7 millones) y el centro comercial Vialia, que está en su segunda adjudicación (69 millones máximo) tras quedar desierto el primer concurso.

En las últimas semanas se firmaron dos convenios tripartitos (Xunta, Adif y Concello) para avanzar en los proyectos de construcción. En el caso de Ourense se habla de un coste global de algo más de 100 millones, por lo que es la única que incrementa su presupuesto. En comunicado de prensa del 12 de diciembre de 2011, Adif señala que adjudicó la redacción del proyecto "Las Burgas", a la UTE Foster+Partners, G.O.C y Juan Cabanelas, en 3.388.830,51 euros, con un gasto para la construcción que no podía pasar de 67.298.105,70 euros.

El otro convenio es el condicionado de Santiago de Compostela, que en una primera fase habrá 19,1 millones para adaptar la terminal ferroviaria y 9,5 para la de autobuses incluidas las expropiaciones y pasarela de unión. Y si supera los 3,5 millones de pasajeros se acometerá una segunda fase a cargo de Adif por 29 millones.

De Lugo nada se sabe en la actualidad, mientras que en A Coruña, la remodelación de la terminal ferroviaria superará los 50 millones, otros 10 para la terminal de autobuses, y 5,8 para los accesos. Pero por ahora no hay convenio.

En suma, de 478,8 millones que sumaban en 2011 los cinco proyectos iniciales, la inversión será menos de la mitad de esa cifra.