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16 julio 2014

La Junta garantiza el dinero para que el Metro funcione hasta el año 2042

Autoriza el gasto necesario para la explotación del suburbano, que asciende a unos 70 millones anuales Reservará otros 138 millones para culminar los tramos pendientes

Sebastián Sánchez málaga | Actualizado 16.07.2014 -

 

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Dos de los operarios del Metro, en el interior de la cabida del conductor, mientras se acerca otro de los trenes.

Se hizo de rogar, pero finalmente vio la luz. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía allanó ayer de manera definitiva el camino económico del Metro de Málaga. El acuerdo adoptado por el órgano ejecutivo no sólo da vía libre para la puesta en funcionamiento oficial del suburbano el próximo 30 de julio, como anunció la pasada semana la consejera de Fomento, Elena Cortés, sino que además afianza los resortes necesarios para que el servicio del nuevo medio de transporte se extienda hasta el año 2042, cuando vence la concesión actualmente adjudicada.

Ello a cambio de prever en los presupuestos regionales de los próximos 27 años una suma de 70 millones de euros con los que hacer frente a los costes de explotación y funcionamiento del nuevo medio de transporte. Esta cuantía, que supone un tope de casi 1.900 millones de euros para todo el periodo de explotación, incluye las subvenciones necesarias para hacer más económico el coste del billete. El título sencillo se fija en 1,35 euros (0,82 euros con el uso de las tarjetas monedero del Metro o con la del Consorcio de Transportes de área metropolitana de Málaga), frente a los 4,21 euros en los que se sitúa la denominada tarifa técnica.

La trascendencia de la determinación adoptada ayer es incuestionable, dado que autoriza el gasto relativo al nuevo modelo económico tras la actualización del contrato entre la Agencia de Obra Pública de Andalucía y la empresa concesionaria. Al tiempo, las medidas sirven de aval para afianzar el préstamo suscrito con el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Según precisaron ayer desde la Administración regional, al margen de fijar los pilares necesarios para el funcionamiento del ferrocarril urbano hasta 2042, otro de los acuerdos permitirá dar cobertura presupuestaria a la parte de la infraestructura pendiente de ejecutar. La misma se corresponde con el tramo de Callejones del Perchel, cuya puesta en servicio se pospone a finales de 2016; la llegada soterrada del suburbano hasta la mitad de la Alameda Principal, y en superficie hasta el entorno de los hospitales Civil y Materno Infantil. Estas dos últimas piezas están fijadas para finales de 2017.

Para avanzar en su ejecución y, previsiblemente, culminar estas piezas, el compromiso de la Junta es el de consignar los 138,14 millones de euros necesarios en el periodo 2015-2017. El desglose de cada anualidad es de 47,17 millones el año que viene, de 53,87 millones en 2016 y de 37,09 millones en 2017. La cifra ha de agregarse a los del orden de 640 millones de euros ya invertidos en la actuación, con lo que se mantiene la idea de que el proyecto acabe rondando los 800 millones en su totalidad.

Este nuevo modelo económico-financiero da soporte a la solución que a finales del año pasado pactaron la Junta y el Ayuntamiento de Málaga para poder culminar el proyecto. La misma fue refrendada en un protocolo de intenciones rubricado por ambas administraciones el 11 de noviembre de 2013. El mismo alteraba de forma notable el concepto original del ferrocarril urbano, acortando de manera sensible la llegada del trazado hasta La Malagueta.

En este sentido, los 1,8 kilómetros soterrados entre la parada Guadalmedina y la estación término de La Malagueta fueron sustituidos por dos ejes alternativos. El primero, de 295 metros subterráneos, entre el antiguo edificio de Correos y la futura estación Atarazanas, que estará localizada en el cruce de la Alameda y la calle Torregorda. El segundo, de 1,8 kilómetros en superficie hasta el entorno de los hospitales Civil y Materno Infantil.

Uno de los argumentos empleados por Fomento para defender este cambio en el guió es que permitirá desarrollar una obra "más asequible" y con "menores riesgos técnicos y arqueológicos". A ello se añade una incremento en la demanda de viajeros, que pasará de los 19,8 millones calculados hasta La Malagueta a casi 21 millones con las nuevas incorporaciones. La población servida de forma directa crece de 200.000 a 216.000 habitantes.

Otra de las consecuencias de la transformación del acuerdo es el que se acorten los plazos de puesta en servicio de toda la red del Metro, que será factible a finales de 2017 (frente a 2020 si se hubiese continuado con La Malagueta como destino) y los costes de construcción, que Fomento calcula en unos 100 millones de euros.

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