Siete días después de que se produjera el accidente ferroviario que costó la vida a 79 personas, el presidente de la compañía Julio González Pomar asegura que su prioridad es colaborar con la justicia porque "hay una persona imputada por un presunto delito de homicidio por imprudencia, nosotros lo único que debemos hacer es colaborar activamente con el juez para que averigüe cuáles han sido las causas".

La información contenida en las cajas negras desvelaba queel maquinista estaba hablando por teléfono minutos antes del accidente. Sin embargo González Pomar niega tener constancia de dicha llamada" aunque reconoce que "en la investigación de la caja negra, se trata de determinar sí ha habido una llamada telefónica una llamada del maquinista".

Acerca de las recomendaciones que hace Renfe a sus maquinistas sobre llamadas telefónicas durante el trayecto, ha explicado que tienen instrucciones muy claras sobre el uso de las comunicaciones y "la persona que realiza una llamada de servicio tiene que justificarla".

Insiste en que todos los sistemas de comunicación particulares no pueden estar activos, tienen que apagarse y se pueden utilizar exclusivamente para instrucciones de servicio. Por eso, la conveniencia de la llamada depende de la "racionalidad de quien hace la llamada y quien recibe la llamada", aunque matiza: "Quien hace la llamada al maquinista es difícil que sepa la situación en la que está el maquinista".

Con respecto a los sistemas de seguridad, Julio González Pomar ha explicado que en el tramo que une Orense y Santiago "ha habido un problema de transición" por el cual el sistema de seguridad ERTMS no se utiliza. Aunque asegura que están haciendo ajustes en el sistema y la vía contará con él en este tramo "muy previsiblemente antes del año que viene".