Negocios.com

10 junio 2013

Un cambio difícil

Renfe, del monopolio a la semi-liberalización

ANA MÍGUEZ

El laberinto burocrático y las trabas técnicas frenan la libre competencia de las empresas privadas en el mercado ferroviario español.

La cuenta atrás a una descafeinada liberalización ha comenzado para Renfe. La entrada de nuevos operadores en el mercado ferroviario español podrá ser una realidad a partir del 1 de julio. No obstante, no todo parece tan claro para acabar con la situación de monopolio que ejerce la compañía estatal en el transporte de viajeros. 

A finales de este mes, Renfe tendrá lista su segregación en cuatro sociedades independientes. Una gestionará el transporte de viajeros, otra el de mercancías, una tercera el mantenimiento de infraestructuras y la última el alquiler de material rodante al resto de operadores. Esta última jugará un papel determinante en el proceso semi-liberalizador del operador estatal.

Varias son las voces que indican que Renfe continuará controlando los precios a partir de dichos alquileres de los trenes sobrantes a las empresas privadas. La propia Comisión Nacional de la Competencia (CNC) en su último informe instó a que la nueva filial de alquiler de trenes a otros operadores sea independiente de esta empresa. Con ello, se busca evitar que “al estar ligada a la matriz y no ser independiente, pueda verse incentivada a obstaculizar el acceso de los nuevos operadores al material rodante, bien mediante precios excesivos o plazos dilatados”.

Entre el resto de barreras al tráfico de mercancías en tren, Competencia señala las denominadas 'cláusulas de abuelo' de Renfe, que la eximen de trámites que otras empresas deben pasar, y el hecho de que reciba una financiación pública “habida cuenta de la posibilidad de que realice subvenciones cruzadas.

Todo ello, además de su presencia en todo el país, su capilaridad, su parque de trenes y su personal, hace que la operadora aún cope el 80% del mercado de tránsito de mercancías ocho años después de la apertura de este mercado a la competencia.

Y ello a pesar de que, según Competencia, Renfe es “relativamente poco eficaz en la utilización de sus recursos, tanto de personal como de material rodante, en comparación con el resto de operadores públicos europeos”.

El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, es, en cierto modo, consciente de este escenario. Recientemente, aseguró que “no es sencillo entrar a competir, entre otras cosas hay que tener título habilitante (lo concede el Ministerio de Fomento), certificados de seguridad, equipos, etc”.

De momento, Renfe ha llevado a cabo una 'dieta de adelgazamiento' para enfrentarse a sus potenciales competidores. Menos rutas y personal con el objetivo de dar la vuelta a las cuentas de la deficitaria empresa estatal. Pomar indicó que la compañía prevé cerrar el año con unas pérdidas de 173 millones de euros. Una cifra muy superior a la de 2012 cuando obtuvo un resultado negativo de alrededor de 40 millones de euros.

El plan de eficiencia puesto en marcha en la red de ferrocarriles se ha saldado con la reducción de unas 500 frecuencias (de un total de 3.500) que alterará los horarios de unos 900.000 usuarios y supondrá un ahorro este año de 15 millones de euros, que a medio plazo podría llegar a los 50 millones.

Pin It