TRENEANDO

El tranvía de Bilbao cumple sus primeros diez años de vida con 26 millones de viajeros transportados

18 diciembre 2012

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Primer decenio y con mucha vida por delante. El tranvía de Bilbao, como el metro, ha sido todo un hallazgo para la capital vizcaína. Y estos primeros diez años, las cifras lo dicen todo. Lo han utilizado una media de 2,9 millones de pasajeros y este año superará, por primera vez, los tres millones de pasajeros gracias a la ampliación del trazado hasta La Casilla inaugurada en abril. En esta primera década, más de 26 millones de viajeros habrán validados sus billetes desde que se inaugurara el servicio el 18 de diciembre de 2002.

En esa fecha, nadie daba un euro por este transporte que, sin lograr del todo la popularidad del metro, es tan de Bilbao ya como la ría. Los recuerdos de antaño no eran especialmente favorables y menos aún la instalación de postes y tendido eléctrico en calles con solera de la capital vizcaína. Pero con el paso del tiempo, el tranvía verde ha demostrado que no es solo para turistas. De hecho, nació para cohesionar dos zonas apartadas entre sí de la Villa (Atxuri y Basurto) y de paso ayudar en la desbordante regeneración del paseo de la ría en torno al nuevo emblema de la ciudad: el Guggenheim.

Pionero también en el campo de la publicidad, el tranvía ha acabado por demostrar las excelencias para las campañas promocionales en su piel exterior. Es el primer transporte vasco que utiliza su carrocería como cartel andante. Y con múltiples ventajas de cara a la visualización del producto.

Sale también airoso de cualquier comparación que se haga con los autobuses municipales. En sus primeros tiempos le costó arrancar (salvo en días señalados, como el multitudinario Santo Tomás). Pero con el tiempo, apenas si las cifras se resisten, ya que su paso es prioritario y no tiene obstáculos en su recorrido: ni atascos ni casi semáforos que se abren normalmente ante su presencia. Y además es más ecológico que el resto. La electricidad le permite consumos energéticos muy bajos y una notable reducción del consumo respecto el autobús superior al 50%.

¿Y el futuro? Complicado por el momento y a merced de los ahorros que exige la coyuntura económica. Tiene pendiente cerrar el anillo de su trazado por el Ensanche bilbaíno. Sobre el papel, se prevé que el recorrido continúe por la calle Autonomía hasta la plaza Zabalburu y después baje por Hurtado de Amezaga hasta la plaza Circular. En este punto conectaría con el actual itinerario de forma que además de dar servicio a más vecinos permitiría añadir nuevas combinaciones de viajes.

También se ha dibujado en los planos su implantación en cuanto Zorrotzaurre alcance la condición de isla, con la apertura del canal de Deusto. Los cerebros que diseñan el plan urbanístico de ciudad creen que el tranvía, el verde, sea el modo de transporte principal para los futuros vecinos de esta área bilbaína. Pero ese será, con toda probabilidad, a finales del próximo decenio.

(Imagen Mikel Iturralde)

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