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21 marzo 2019

una cifra de muertos que sigue siendo incógnita

Torre del Bierzo, el choque de trenes que Franco quiso ocultar

Se cumplen 75 años de la que se considera mayor tragedia ferroviaria,censurada por la dictadura franquista

Un reportaje de Lander Santamaría - Miércoles, 20 de Marzo de 2019 - Actualizado a las 08:30h

La estación de Torre del Bierzo, en una de las escasas fotografías,captada al día siguiente de la tragedia.

La estación de Torre del Bierzo, en una de las escasas fotografías,captada al día siguiente de la tragedia.

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La estación de Torre del Bierzo, en una de las escasas fotografías,captada al día siguiente de la tragedia.
 

El día 3 de enero de 1944, el tren correo expreso nº 421 cruza a toda velocidad y sin frenos la estación leonesa de Torres del Bierzo, apenas 50 metros después entra en el túnel nº 20 y allí colisiona brutalmente con un convoy en maniobras, provocando una cifra de muertos y heridos que hoy sigue siendo una incógnita. La dictadura de Franco impuso a prensa y radio una censura total sobre la que se considera la mayor catástrofe de la historia ferroviaria estatal, aunque en un primer momento no pudo impedir que precisamente el adicto ABC y algún periódico local informaran de la tragedia que, por otra parte, corrió de boca en boca durante meses.

La tragedia se vería agravada enseguida, pues otro tren cargado de carbón que no pudo ser advertido penetró por el otro lado del túnel y chocó a su vez con el amasijo de hierro, madera y el fuego infernal que se había desatado en el interior. La imagen debió ser dantesca, con las víctimas y heridos atrapados que desesperados pedían a gritos una ayuda que era imposible por el intenso fuego y la irrespirable humareda formada en el túnel y prácticamente se tuvo que esperar a que las llamas se extinguieran.

Ahora y por fin, un reconocido historiador, Vicente Fernández Vázquez (Cacabelos, León, 1951), intentará despejar las incógnitas sobre el total de víctimas de la tragedia, incluso con sus nombres y apellidos, en un libro que saldrá a la luz para conmemorar el 75º aniversario del fatal siniestro. "Como consecuencia del choque se incendiaron dentro del túnel los seis primeros vagones. Hasta el momento han sido extraídos 26 cadáveres de los vagones que quedaron más cerca de la boca del túnel y se supone fundadamente que dentro del mismo se encontraban aún más, ya que hasta el momento y por causa del incendio, que aún sigue, no ha sido posible penetrar dentro del túnel", relataba el ABC el 4 de enero de 1944, un día después de que se produjera, la inicial información sobre el accidente de Torre del Bierzo. Luego, la publicación sería censurada o se perdería en espacios mínimos.

EL VIAJE El correo expreso nº 421 había salido de la Estación del Norte de Madrid a las 20.30 horas del 2 de enero de 1944, domingo. "La tarde era fría, un frío de navidad y despedidas, la estación estaba abarrotada de gente, de maletas, de bolsas de ropas, de pobreza, de niños y soldados, de besos y abrazos, de ventanillas de tren llenas de caras, los vagones llevaban más gente que nunca hacía los pueblos", describe la protagonista del documental El Túnel nº 20 (disponible en YouTube) de Ramón de la Fontecha, un testimonio fundamental porque es una de las supervivientes.

El convoy era impulsado por dos locomotoras de vapor, una Americana y una Mastodonte, y sus 12 vagones iban abarrotados con cientos de viajeros de todas las edades y de todos los puntos de España. A las 7.45 horas del 3 de enero entra el tren correo en la estación de León, ya con una hora y diez minutos de retraso.

La primera locomotora, la Americana, tiene problemas en los frenos, pero parece que el jefe de la Circunscripción de Tracción de León ("no se sabe si por pistola o por cojones", explica de forma expresiva un informante en el documental) ordena que siga para no añadir más retraso. En Astorga, pasado el mediodía, ya acumula dos horas e inicia el descenso hacia el Bierzo por el puerto de Manzanal y por la bajada de Brañuelas.

Los problemas mecánicos se agravan y los maquinistas deciden dejar una sola locomotora, incapaz de contener la velocidad del convoy en esa cuesta, y no puede detenerse en Albares. El tren desciende sin control, intentando frenar y con la alarma incesante de su silbido de vapor. Pasan diez minutos de la una de la tarde, entra desbocado en la estación de Torre del Bierzo, que ya había sido alertada, y se dirige sin remedio hacia el túnel nº 20.

EL DRAMA En el interior del túnel había otro convoy, una máquina con plataforma y dos vagones de carbón, que realizaban maniobras. Advertido de la llegada del 421, trata de abandonar el túnel en dirección contraria pero sin tiempo y son desplazados varios metros con el choque. Era el principio de la tragedia, ya que por el retraso del tren correo, en la estación de Bembibre se autoriza el acceso a un tren de mercancías con 27 vagones cargados con 900 toneladas de carbón que remolca una máquina Santa Fe.

El maquinista y el fogonero bajan del convoy que estaba de maniobras en el túnel y corren al encuentro del mercancías carbonero para intentar que detuviera la marcha, pero tampoco fue posible y no pueden impedirlo por lo que sigue adelante, entra en el túnel y se empotra con el amasijo del primer choque y con las llamas que agravaban la tragedia y convertían a los vagones en una trampa aún mayor, impidiendo el rescate de las víctimas que habían quedado atrapadas.

EL PEOR Considerado el siniestro ferroviario más grave de España, 75 años después y a pesar del tiempo transcurrido, aún persisten muchas sombras en torno a los hechos que Vicente Fernández Vázquez promete despejar con la publicación de La verdad sobre el accidente ferroviario de Torre del Bierzo 1944. No ha podido consultar el informe de Renfe sobre el accidente, "desaparecido casualmente" del archivo de Palencia.

El historiador ha recogido más de 300 testimonios de la época, unas pocas entrevistas y ha encontrado varias fotos inéditas, cuando hasta ahora se conocían dos únicamente. Ha logrado elaborar una lista con todas las víctimas, con sus nombres y apellidos, y podido confirmar que no son los 78 muertos oficiales reconocidos por Renfe, aunque tampoco los entre 500 y 800 que figuran en el Libro Guiness de los Récords y parece se quedarán entre los 200 y 250 fallecidos de los estudios más recientes.

En su investigación, el historiador confirma el fallo de los frenos como la causa principal del accidente, al contrario de las versiones de "sabotaje" que desde el régimen se hicieron correr, y sostiene que hubo toda una "cadena de errores" que agravaron sus consecuencias. Para el historiador, lo más trascendente es el lado humano de la tragedia, el reconocimiento a las víctimas "durante décadas castigadas al olvido por parte de la dictadura franquista, que quiso acallar interesadamente la tragedia".

El ferroviario Andrés Blanco explica en el documental de Ramón de la Fontecha que "no pagaba ni el seguro siquiera, porque ¿en un tren que lleva tres días ardiendo se les va a pedir el billete del viaje para pagar la indemnización?". Se impuso el silencio y las familias no recibieron ni explicaciones ni ayuda oficial, y sí que estuvieron condenados por el franquismo. El imaginario colectivo leonés sí conserva memoria, sobrevive una coplilla popular que narra la tragedia y bautizó como Peña Callada el lugar del accidente y de las víctimas que la censura de la dictadura franquista quiso ocultar.

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