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28 abril 2017

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EL FERROCARRIL DE CÓRDOBA A PUERTOLLANO, UN INTERESANTE PRECEDENTE DEL AVE

 

Red ferroviaria española en 1926. En rojo se han señalado las líneas del Plan Guadalhorce, entre ellas, el Puertollano-Córdoba. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
 
El presente mes de abril se conmemora el 25 aniversario de la primera línea de Alta Velocidad en España, cuyos orígenes se remontan al Plan de Transporte Ferroviario aprobado por el gobierno en 1987. Entre sus diversas actuaciones, este programa de inversiones contemplaba la construcción de un nuevo acceso ferroviario a Andalucía, mediante la conexión directa de la estación de Brazatortas, situada en la línea de Madrid a Badajoz a pocos kilómetros de Puertollano, con Córdoba.
 
Esta conmemoración se convierte en una buena excusa para recordar un interesante antecedente de la conexión directa entre Puertollano y Córdoba, proyectada en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera y de cuya aprobación se cumplen, hoy, 26 de abril, 89 años.
 
Como es sabido, en lugar de buscar una salida directa desde la capital de España, la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante optó por aprovechar buena parte de su línea hacia el Mediterráneo, en concreto, entre Madrid y Alcázar de San Juan, para continuar desde este punto, a través de Despeñaperros, hacia Córdoba y Sevilla. Con esta decisión, la empresa ferroviaria logró optimizar sus infraestructuras y reducir el coste de construcción de su línea a Andalucía, pero, como contrapartida, los trenes se veían obligados a dar un notable rodeo, con el consiguiente incremento de los tiempos de viaje y los costes del transporte. Por ello, pronto se estudiaron nuevas alternativas, más directas, que mejoraran las comunicaciones entre la meseta y el valle del Guadalquivir, entre las que destaca, por el grado de ejecución que llegó a alcanzar, el proyecto de Puertollano a Córdoba.
 
Los principales objetivos del proyecto ferroviario de Puertollano a Córdoba eran contribuir a descongestionar el saturado paso de Despeñaperros y reducir en medio centenar de kilómetros la distancia existente entre Madrid-Córdoba y Sevilla. Además, la iniciativa también estaba estrechamente ligada a los intereses industriales y mineros de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya y a algunos de sus más influyentes representantes, incluidos políticos de gran renombre en la época como Canalejas o Romanones.
 
Las primeras propuestas en este sentido se remontan al año 1912, cuando un Real Decreto autorizó al Ministerio de Fomento para presentar a las Cortes un proyecto de Ley que fijara las bases de un concurso de proyectos para la construcción de esta línea.
 
Tras el fracaso de este proyecto y de otros similares, la materialización de una nueva vía de acceso a Andalucía estuvo a punto de hacerse realidad al ser incluida la línea de Puertollano a Córdoba entre las previstas por el Plan Preferente de Ferrocarriles de Urgente Construcción de 1926, más conocido como «Plan Guadalhorce», al haber sido propuesto por el conde de Guadalhorce, ministro de Fomento de la Dictadura. Desde Madrid, los trenes llegarían a Puertollano a través de la línea que enlazaba la capital con Badajoz, precisamente el mismo tramo que posteriormente sería aprovechado por el AVE.
 
El Plan Guadalhorce fue refrendado por el gobierno de Primo de Rivera el 5 de marzo 1926, pero el proyecto, que estimaba el coste de la nueva infraestructura en 65.876.261,08 pesetas, no fue aprobado hasta el 26 de abril de 1928. Meses más tarde, el 8 de junio, el gobierno autorizó al Ministerio de Fomento la contratación de las obras del ferrocarril de Puertollano a Marmolejo, población donde finalmente empalmaría con la línea de Madrid a Sevilla.
 
Los trabajos de explanación, obras de fábrica y edificios del ferrocarril de Puertollano a Marmolejo fueron adjudicados al empresario Bernabé Adarme y Sánchez, que ofreció una baja del 20% sobre el presupuesto inicialmente establecido. Sin embargo, las obras pronto se enfrentaron a importantes inconvenientes, entre los que destacaba la construcción del pantano de Jándula, cuyas aguas inundarían parte del trazado inicialmente estudiado. Por ello, fue necesario modificar el proyecto sobre la marcha. Posteriormente, el adjudicatario traspasó el contrato a la empresa Ingeniería y Construcciones Marcor, S.A., sociedad que prosiguió con los trabajos.
 
Cuando en 1932 el gobierno de la República decretó la derogación del Plan de Ferrocarriles de Urgente Construcción, ante la falta de fondos para poder financiar las obras, la situación del ferrocarril de Puertollano a Córdoba era la siguiente:
 
• Desde el origen en Marmolejo hasta la estación de Lugar Nuevo, toda la explanación estaba terminada.
• Desde Lugar Nuevo hasta el kilómetro 80, el tramo más difícil de la línea, ya que era el que atravesaba la divisoria de Sierra Morena, solamente se habían realizado algunas obras puntuales.
• Desde el kilómetro 80 hasta la estación de Puertollano, toda la explanación estaba terminada.
 
Las obras de este ferrocarril quedaron totalmente abandonadas y no fueron retomadas tras la Guerra Civil. Sin embargo, su espíritu siguió latente ya que, en cierto modo, sirvió de inspiración en los años ochenta al Nuevo Acceso Ferroviario a Andalucía, más conocido como línea del AVE, de Madrid a Sevilla, aunque en este caso se optó por un trazado más occidental que el propuesto para el ferrocarril de Puertollano a Córdoba.
 

 

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