Un vagón hacia el campo de concentración

 

El escritor español Jorge Semprún (Madrid, 1923), que murió el martes pasado en París, reflejó su experiencia en los campos de concentración nazis en dos obras El largo viaje, publicada en francés en 1963, y La escritura o la vida de 1995. La primera está estructurada al hilo del claustrofóbico y humillante transporte de un grupo de deportados desde París al campo de Buchenwald. El viaje, que dura cuatro días y cinco noches, lo realiza el protagonista junto con otros 119 deportados en un vagón de ganado precintado y sin agua. Algunos de los detenidos mueren de pie durante el trayecto.

El largo viaje de Jorge Semprún
     
 

(09/06/2011) Mediante saltos al pasado y al futuro, al tiempo que se describe el viaje, da noticia de su detención en 1943 por ser miembro de la resistencia, de la vida en el campo y de su liberación en 1945. En uno de sus párrafos, mientras el tren circula, reflexiona sobre el silbido del tren y lo asocia a su reflexión sobre lo que le está pasando. 

El tren silba, pienso que un silbido de locomotora obedece siempre a razones concretas. Tiene un sentido concreto. Pero, por la noche, en los cuartos de hotel alquilados bajo nombre falso cerca de la estación, cuando se tarda en dormir por todo lo que se piensa, el silbido de las locomotoras cobra resonancias inesperadas. Pierden su sentido concreto, racional, se convierten en una llamada o un aviso incomprensibles. Mi tren silba en el valle del Mosela y veo desfilar lentamente el paisaje de invierno. Cae la noche. Hay gente que pasea por la carretera, junto a la vía. Van hacia sus casas, este tren les trae sin cuidado, ellos tienen su vida, sus preocupaciones, sus propias historias. Estoy dentro, hace meses que estoy dentro y ellos están fuera. (…) He sido libre para ir a donde tenía que ir, y era preciso que fuera en este tren, porque era también preciso que yo hiciera lo que me ha conducido a este tren. Era libre para ir en este tren, completamente libre, y aproveché mi libertad. 

Jorge Semprún, en los dos libros citados, plantea una cuestión importantísima: si se puede hacer literatura de una experiencia como la que hoy recordamos. Al ser liberado en 1945, trató de escribir sobre ella, pero no le fue posible: afirma que tuvo que escoger entre la escritura o la vida y eligió vivir. Tuvieron que pasar veinte años, durante los cuales lo experimentado se fue transformando en el material narrativo de El largo viaje.

(FUENTE VIA LIBRE)

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