DiariodeLeón.es

30 diciembre 2016

La pistola del tren correo

CUARTO CRECIENTE CARLOS FIDALGO

29/12/2016

La historia de la catástrofe ferroviaria de Torre del Bierzo, aquel accidente envuelto en la leyenda del que están a punto de cumplirse 73 años, se cuenta mejor a través del inventario de objetos perdidos que dejaron sobre las vías algunas de sus doscientas víctimas, según las estimaciones más bajas.

Sobre las vías, en las cunetas, en los alrededores del túnel número 20, hoy desmantelado, donde se incendió el tren correo 421, en las inmediaciones de la estación de Torre del Bierzo, aparecieron en los días siguientes a la tragedia varias libretas sanitarias, alguna cartilla de racionamiento, un salvoconducto y cédula personal a nombre de un viajero de Madrid. También una maleta blanca, cerrada y en buen estado. Y me pregunto qué puede llevar alguien en un equipaje de ese color, en un tren abarrotado por casi un millar de viajeros, muchos sin billete, que tarda toda la noche en cruzar la meseta.

Pero hay más. Una caja de madera pequeña, cerrada con ligadura de esparto. ¿Otro secreto? En el inventario fechado dos días después de la tragedia —el tren correo 421 chocó con un convoy de maniobras el 3 de enero tras pasar sin frenos por la estación de Torre del Bierzo y ambos resultaron arrollados después por un mercancías cargado de carbón que circulaba en sentido contrario— también figura un pisapapeles, una caja con cuellos blancos y una camisa de caballero, un vestido de niña negro, una cabeza de muñeca —¿y cómo no preguntarse ahora por la dueña del juguete?— una mateleta de color, un abrigo de señora en color crema y en buen estado, como los zapatos encarnados que figuran en el inventario junto a un sobre con sellos usados —¿de qué cartas saldrían, alguna postal de Navidad?— pesetas en calderilla, una colcha admascada nueva y un termo de aluminio.

Alguna mujer perdió un sostén negro, que luego encontraron e inventariaron. Y un policía, el agente que estaba de servicio en el tren, perdió también su pistola Star de calibre nueve, y su placa gubernamental. Ignoro qué fue del policía. El inventario dice que el arma quedó en poder de un compañero de Ponferrada. ¿Y cómo no preguntarse, claro, si alguna vez, en aquel año gris de 1944, la habrían disparado? Y a quién.

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