TRENEANDO

Impulso al ‘tren de Arganda’

 
 
 
 
 
 
 
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El ‘tren de Arganda’ tiene futuro. El Ayuntamiento acaba de dar un impulso a esta iniciativa del Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (Cifvm) con el que firma un convencio de colaboración para promover la oferta turística y cultural de la zona, desarrollando especialmente actividades “singulares” relacionadas con su histórico tren de vapor. El acuerdo ha sido suscrito por el alcalde de Arganda, Guillermo Hita; el concejal de Turismo, Irenio Vara, y el presidente del Cifvm, Rafael Martínez, quienes han coincidido en que se debe “potenciar” las opciones culturales del municipio para favorecer y fomentar el turismo en la zona.

A través de este convenio se tratará de promover y apoyar las actividades que actualmente desarrollan ambos organismos en referencia al histórico ‘tren de Arganda’, que recorre los cuatro kilómetros que separan el municipio de Rivas. Para ello seintensificarán las actividades en este tren con conmemoraciones, rutas como el Camino de Uclés y jornadas de puertas abiertas.

El ‘tren de Arganda’ circula todos los domingos de las temporadas de primavera y otoño gracias al Centro de Iniciativas Ferroviarias, recorriendo el único tramo preservado del Ferrocarril del Tajuña, el cual se inauguró en 1886. El tren recorre los 3.360 metros que hay entre la estación de La Poveda y la Laguna del Campillo en un viaje que dura unos 35 minutos, a una velocidad media de 12 kilómetros por hora.

La locomotora ‘Arganda’, o locomotora Henschel Arganda, es la joya con la que se efectúan los recorridos turísticos. Una máquina de vapor-carbón que fue fabricada en el año 1925 en Kassel (Alemania) y de diseño especial para industrias y haciendas, con capacidad para arrastrar cargas considerables, aunque a velocidad reducida, con sus ruedas de pequeño diámetro. Trabajó en unas obras del puerto del Musel (Gijón, Asturias). Su velocidad máxima se estima que es de 20 kilómetros a la hora. Es decir, no era la máquina ideal para trenes de viajeros, por su limitada velocidad. Es una locomotora-ténder, con rodaje de tres ejes acoplados, sin ejes libres,clasificada como 0-3-0T. Muy apropiada para el servicio turístico.

Aunque madrileño de nacimiento, ‘el tren de Arganda’ recorría 70 de los 148 kilómetros de su trayecto por tierras alcarreñas de Guadalajara. Sus orígenes datan de 1883, cuando se concedió a Juan Carlos Morillo la licencia para la construcción de un ferrocarril que uniría la capital de España con la población de Vaciamadrid y posteriormente con la de Arganda, con la finalidad de transportar los materiales de construcción que abundaban en estos lugares. La empresa se llamó ‘Compañía del Ferrocarril Madrid-Arganda’, que en 1892 se cambió por el de ‘Compañía del Ferrocarril del Tajuña’, al tener en previsión el paso de la línea férrea por la vega de este río.

La velocidad de este tren era bastante baja, ya que no pasaba de los 50 kilómetros a la hora dándose las mejores condiciones, siendo lo normal que circulase a gran lentitud, circustancia que aprovechaban los viajeros para estirar las piernas por el campo mientras el tren marchaba o para echarse unas uvas a la boca al pasar junto a un majuelo; así se entiende el dicho: “el tren de Arganda, que pita más que anda”.

La asociación Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM) es la encargada de operar el servicio turístico. Entre otros cometidos se dedica a la restauración de toda clase de vehículos ferroviarios antiguos. Fundada en 1987, adquiere cierto renombre tres años más tarde cuando deciden adquirir y recuperar una locomotora de vapor de ancho de vía métrica que adquieren en un estado lamentable a un chatarrero de La Felguera (Asturias) a escasos días de ser troceada y destinada a ser fundida en unos altos hornos. La asociación decide entonces radicarse en Arganda del Rey, que aún disponía de las vías del antiguo Ferrocarril del Tajuña. Después de tres años de trabajos de despiece, saneado y reconstrucción, se efectúan las primeras pruebas de funcionamiento, primero en la nave adquirida en el barrio de La Poveda, y poco después por las vías de la estación. La locomotora fue rebautizada como ‘Arganda’, como agradecimiento al municipio que les vio nacer.

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