TRENEANDO

Cincuenta años de Feve que nadie ha celebrado

 

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Feve habría cumplido ahora 50 años. Desaparecida por decreto-ley y absorbida a todos los efectos por Renfe y Adif (como único rasgo ambas añaden el apellido ‘métrico’), apenas queda el recuerdo de una compañía que ha protagonizado buena parte de la historia ferroviaria española durante décadas. La efeméride pasa, sin embargo, completamente desapercibida, salvo para algunos nostálgicos y sus antiguos trabajadores que aprovecharán la fecha en un intento de mantener viva aún la extinta llama de la operadora de vía métrica.

En el momento de integrarse en Renfe y Adif (enero de 2013), la empresa de Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve) gestionaba una moderna red de líneas de vía métrica con buena aceptación de los usuarios, pero que se disolvía según argumentaba el Gobierno porque solo era capaz de cubrir el 25% de su gasto. El Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy decidía que el 1 de enero de 2013 Feve debía integrar su actividad y personal en Renfe. Con esta medida, el ministerio de Fomento buscaba crear sinergias y lograr reducir la abultada deuda del conglomerado público español ferroviario, ya que Renfe, Feve y Adif sumaban pérdidas de 447 millones de euros y una deuda de 20.730 millones de euros. Nadie ha conseguido aún poner en negro las cifras de las operadoras, aunque se confía que pueda logarse en un par de años.

Renfe incorporaba en esa fecha 1.270 kilómetros de vías que enlazan Ferrol con Bilbao y, a su vez, la capital vizcaína con León, los diversos ramales existentes en Vizcaya, Cantabria y Asturias sin olvidar los 20 kilómetros del pequeño ferrocarril de Cartagena a Los Nietos en la región de Murcia. Adif se hacía cargo de la parte correspondiente a als infraestructuras. Ambos organismos añadían lapalabra métrica a sus logos y hacían desaparecer para siempre una marca que, pese a todas las dificultades, había aumentado su prestigio. Puede que la añoranza desdibuje la realidad, pero esos son los sentimientos que me embargan ahora.

Desde las instituciones la fecha ha pasado completamente desapercibida. No parece que sea necesario celebrar un acontecimiento que, de haber existido la marca, nadie habría puesto en duda -sea cual fuere su situación económica-. ¡Qué menos que glosar las cinco décadas que ha permanecido en activo! Una conferencia, una placa, un discruso, un vídeo publicitario…un gesto simbólico, cuando menos.Condenada a la nada. Ni tan siquiera se salva su recuerdo.

Feve quedó definida como “‘una entidad con personalidad de Derecho Público, que se rige por el Decreto – Ley 11/1965 de 23 de septiembre (Estatuto y Reglamentos que lo desarrollan) y por la Ley de 1958 de Régimen Jurídico de Entidades Estatales Autónomas”. Nacía con el objetivo de desarrollar un heterogéneo conjunto de ferrocarriles de ancho inferior al normal que, hasta esa fecha, dependían del Ministerio de Obras Públicas a través de su Explotación de Ferrocarriles por el Estad. En ese momento, Feve pasó a explotar veintidós líneas de vía estrecha repartidas por buena parte de la geografía nacional. Suponía un total de 2.094 kilómetros en servicio:

-Santander a Bilbao y ramales (204 kilómetros)
-Ferrocarril Vasco-Navarro (139 kilómetros)
-Ferrocarril de Amorebieta a Bermeo (29 kilómetros)
-Puertollano a Peñarroya y Fuente del Arco (224 kilómetros)
-Ferrocarriles Secundarios de Castilla (205 kilómetros)
-Alicante a Carcagente (160 kilómetros)
– Ferrocarriles de Mallorca (150 kilómetros)
-Utrillas a Zaragoza (127 kilómetros)
-Ferrocarriles de Valencia (121 kilómetros)
-Villena a Alcoy y Jumilla a Yecla (133 kilómetros)
-Madrid-Almorox (74 kilómetros)
-Buitrón a San Juan del Puerto (70 kilómetros)
-Ferrol a Gijón (con dos secciones, de 53 y 83 kilómetros)
-Olot a Gerona (55 kilómetros)
-Linares-La Loma y tranvías de Linares (54 kilómetros)
-Alcoy al puerto de Gandía (53 kilómetros)
-San Feliu de Guixols a Gerona (40 kilómetros)
-Calahorra-Arnedillo (35 kilómetros)
-Tortosa a La Cava (26 kilómetros)
-Granada a Sierra Nevada (21 kilómetros)
-Málaga a Fuengirola (21 kilómetros)
-Cartagena-Los Blancos (17 kilómetros)

Cada de ellas había sido explotada en el pasado por una empresa concesionaria diferente, por lo que las características técnicas eran de lo más dispares, lo que dificultaba aún más su gestión. Aunque el métrico era el ancho de vía mayoritario, existían otras tres entrevías, en concreto el ancho de 1.067 milímetros en 87 kilómetros, el de 915 milímetros en otros 150 kilómetros y 750 milímetros en 61 kilómetros. La mayoría eran altamente deficitarios y contaban con instalaciones y material móvil muy anticuados, por lo que en muchos de los casos, la empresa estatal optó por clausurarlos. El conjunto de vías de Feve alcanzó su mínima extensión en 1970, con 689 kilómetros en explotación directa, mientras que las incorporaciones de nuevas líneas hizo que, pese al goteo de supresiones, en 1977 se alcanzase lacifra máxima de 2.026 kilómetros.

La extensión de la red de Feve volvió a experimentar una notable reducción a partir de 1978 por las sucesivas transferencias realizadas a los gobiernos autonómicos de Cataluña (1978), País Vasco (1978-1979), Valencia (1986) y Baleares (1994) que pasaron a ser explotadas por las empresas Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, EuskoTren, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana y Serveis Ferroviaris de Mallorca, respectivamente. Asimismo, en 1979 cedió el Suburbano de Madrid al metro de la capital de España.

Feve renovó en los 80 sus servicios, tanto de viajeros como de mercancías, e incorporó nuevas locomotoras diesel de la serie 1600, modernos vagones tolvas y plataformas especializados en los principales tráficos de mercancías de la empresa, y las unidades diesel de la serie 2400, popularmente conocidas como ‘Apolos’. Además electrificó las cercanías de Santander, sistema de tracción que, posteriormente, también sería implantado en la línea de Bilbao a Balmaseda y en diversas líneas asturianas.

La operadora métrica contaba a finales de 2012 con una plantilla de 1.857 trabajadores y unas pérdidas muy próximas a los 150 millones de euros al año, con lo que acumula una deuda de 530 millones de euros, una cantidad fijada por la ministra de Fomento, Ana Pastor, tras el Consejo de Ministros que aprobó la liberalización del transporte ferroviario de viajeros.

Con la extinción de la marca se apagó también una forma de entender el ferrocarril, más cerca del cliente y apegada a la zona donde servía a la comunidad. Feve se fue en silencio, sin ruido, pero consciente de que solo desaparecía porque así se había decidio en losdespachos ministeriales. Los bufetes donde sólo se habla del AVE y la alta velocidad, mientras se deja morir el tren convencional, del que nadie se acuerda casi nunca. Y pasará como con Feve. ‘Felicidades, aunque ya no estés!

(Imagen Ignacio Pérez)

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