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17 septiembre 2015

Un fondo australiano y otro francés acuerdan la compra del 40% del Metro

Las firmas Macquaire e InfraVia ofertan más de 100 millones para hacerse con el paquete de Cajamar, Azvi y Sando El resto de socios del suburbano pueden optar a igualar la propuesta

SEBASTIÁN SÁNCHEZ MÁLAGA | ACTUALIZADO 17.09.2015 - 01:00

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Una pasajera se sube, ayer, a una unidad del Metro.

Los fondos de inversión privados vuelven a poner sus ojos sobre el Metro de Málaga. Fracasado meses atrás el intento de la firma estadounidense Blackstone por hacerse con el 39,4% de la sociedad explotadora del suburbano de la capital de la Costa del Sol, Metro Málaga, las puertas del proyecto quedan nuevamente abiertas a la entrada de socios extranjeros. Tanto es así que en la noche del pasado martes un fondo australiano, Macquarie, y otro francés, InfraVia, al 50% cada uno (aunque es la empresa australiana la que ha liderado los contactos), cerraron un acuerdo con las entidades Cajamar (18,86%), Azvi (11,6%) y Sando (8,57%) para hacerse con sus paquetes accionariales en una operación conjunta. Si bien por el momento no ha trascendido la cantidad exacta en la que se concreta este compromiso, varias fuentes próximas a las negociaciones consultadas por este periódico señalaron que está por encima de los 100 millones de euros. 

El montante económico se aproxima a los 125 millones de euros que puso sobre la mesa el fondo norteamericano, si bien la venta quedó finalmente diluida por la falta de consenso en torno a la forma de pago. Por el contrario, en esta segunda propuesta de compra, en la que participan los mismos accionistas del Metro que en su día abrieron esta vía con Blackstone, todo el pago será fijo, sin la inclusión de variables por el cumplimiento de objetivos. Este último elemento fue lo que desencadenó el desencuentro entre la empresa estadounidense y Cajamar, Azvi y Sando. 

Sea como fuere, la suma manejada por las fuentes casi duplica el valor de lo que representa el 39,4% objeto de compra en el capital social de Metro Málaga, que alcanza en su totalidad los 136,5 millones de euros. Es decir, que el porcentaje expuesto ahora en el mercado supone poco menos de 53,8 millones de euros, frente a los más de 100 que ahora se ofertan. 

Macquarie es uno de los principales administradores de fondos de infraestructura a nivel mundial. Muestra de la importancia que da a este campo es que lo considera adecuados para "entregar flujos de caja sostenibles y predecibles en el largo plazo, proporcionando rendimiento a largo plazo, menor riesgo y características de inversión defensivas", según precisa en su página web. Opera en casi una treintena de países, cuenta con cerca de 13.000 empleados. Otro de los campos de desarrollo es el de la energía, como constata la operación impulsada a finales del pasado año para hacerse, junto con una filial del fondo soberano de Kuwait, Wren House Infrastructure, con los negocios de Eon en España y Portugal por 2.500 millones de euros. Por su parte, InfraVia es una empresa de gestión de activos especializada en el sector de infraestructura, que tiene entre sus actuaciones la gestión de la red de tranvías de Nottingham, ocho parque eólicos en Francia y varias autopistas. 

Uno de los principales alicientes que presenta justamente el Metro de Málaga es el marco contractual acordado en su día por la Junta y la concesionaria, que garantiza a los socios privados unos beneficios mínimos anuales para todo el periodo de concesión. Los mismos, según trascendió cuando se abrió la abrió la puerta al acuerdo con el fondo americano, se elevan al 10%. De acuerdo a estos parámetros, las firmas podrías obtener a partir de 2017 y hasta el vencimiento de la concesión, 2042, unos beneficios totales de unos 135 millones de euros. O lo que es lo mismo, 5,4 millones anuales. 

A pesar de la concreción de las negociaciones, abiertas meses atrás, el cierre definitivo de la compra no es aún definitivo, dada la capacidad del resto de socios del Metro de ejercer su derecho al tanteo ante la presente oferta. De hecho, tras la firma las empresas interesadas en vender su participación en el suburbano iniciaron ayer mismo las respectivas comunicaciones al resto de socios en el proyecto, entre los que se incluye la Junta de Andalucía, que a través de la Agencia de Obras Pública de Andalucía posee el 23,69% de la sociedad responsable de la explotación del ferrocarril urbano hasta el año 2042. Todas ellas dispondrán de al menos dos semanas para dar una respuesta. Las otras participantes del proyecto son las constructoras Comsa (10,56%) y Grupo Vera (1,04%). 

A expensas de lo que pueda ocurrir en los próximos días y semanas no parece que haya capacidad real para que los otros socios de peso, caso de FCC (10,01%) y la Administración regional, estén en disposición de igualar la propuesta de los fondos australiano y francés. Ninguno de ellos contempló esa opción cuando el implicado en la potencial compraventa era Blanckstone. En el caso del Gobierno andaluz se dio incluso la circunstancia de que se analizó la posibilidad real de hacerse con ese importante paquete accionarial, al entenderse como rentable la inversión a realizar. 

Sin embargo, los informes solicitados en su momento a la Consejería de Hacienda pusieron coto a esta vía, dada la obligación de mantenerse dentro de los umbrales de estabilidad presupuestaria. Bien es cierto que desde principios de año a este momento ha habido un cambio al frente de la Consejería de Fomento, de nuevo en manos del PSOE tras varios años con IU al frente. Desde la Administración regional rehusaron ayer pronunciarse oficialmente sobre la operación, al no tener conocimiento formal de la misma.

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