(20/12/2012) La explotación ferroviaria en los inviernos nórdicos, con altos niveles de humedad y muy bajas temperaturas, es un desafío por las toneladas de hielo y nieve que pueden acumularse en las vías, bajo los trenes en un solo día.
La nieve entra en los equipos, se funde y producen humedad, lo que afecta al funcionamiento de puertas, limpiaparabrisas, sistemas de propulsión, motores y equipos electrónicos.
Además de asegurar que los equipos eléctricos, mecánicos y electrónicos funcionen bien a bajas temperaturas, es necesario proteger los componentes expuestos a la nieve, el hielo, el frío y la humedad. La condensación del vapor de agua al bajar las temperaturas y su infiltración en los equipos es otro de los problemas a resolver.
La eliminación del hielo de los vehículos con rapidez tiene niveles de exigencia similares a los de los aeropuertos. La descongelación se lleva a cabo con chorros de agua caliente, potentes ventiladores y de líquidos anticongelantes pulverizados sobre los trenes. Programa de reducción Aún usando estas técnicas aeronáuticas aplicadas al ferrocarril, poner en orden de marcha un tren completamente cubierto de hielo exige unas cuatro horas, con lo que las tareas normales de mantenimiento de cada tren pueden durar hasta siete horas. Bajo la dirección de la autoridad sueca del transporte, los ferrocarriles del país están desarrollando un programa para reducir al mínimo en la operación ferroviaria, el impacto de la nieve, el hielo y el mal tiempo en general. El programa se desarrolla en los centros de mantenimiento de Bombardier en Estocolmo, Gotemburgo, Västerås, Gävle y Nässjö, en colaboración con los propios operadores.
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El programa ha exigido cambiar los equipos de descongelación y eliminación de los centros, implantar medidas preventivas como la lubrificación de limpiaparabrisas, cambios en la composición de del líquido de limpieza y el redimensionamiento de los sistemas de calefacción.
Asimismo, la administración del transporte ha ampliado los intervalos entre trenes y los operadores han adaptado sus horarios para que los trenes circulen a mayor velocidad y estén en mejor disposición de compensar eventuales retrasos.
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