"Este paso tiene una trascendencia histórica para la capital y para el conjunto del país", pues va a ser un «elemento tractor» del desarrollo económico. «Madrid no puede perder esta oportunidad», recalcó el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al presentar que, tras nueve meses de negociaciones, se ha llegado a un acuerdo casi definitivo entre el Ayuntamiento de Madrid, ADIF y la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) para desbloquear la operación Chamartín, rebautizada como Madrid Nuevo Norte.

El proyecto acordado, la mayor apuesta urbanística del Gobierno municipal, reduce la edificabilidad en 708.500 m2 sobre lo que se planeó en 2015. En total, se edificarán 2.662.500 m2. Y se potencia la relevancia de la estación de tren de Chamartín, que se convertirá en el nodo de transporte más importante de España, destacó el Consistorio. En cuanto a las viviendas, el plan propone la construcción de 10.510 (2.600 al sur de la M-30 y 7.910 al norte), de las que el 20% serán protegidas.

Para la alcaldesa, Manuela Carmena, se trata de «un avance fundamental». «Es el proyecto que el Ayuntamiento quería, sostenible, absolutamente social, lo que necesita Madrid norte». Matiza la regidora que con este plan «estamos cerrando heridas, teníamos que acabar con la paralización con la que nos encontrábamos. Este asunto estaba empantanado y nos hemos empeñado en resolverlo».

Para llevar a cabo el proyecto hay que modificar el Plan General de Ordenación Urbana, aprobarlo en Junta de Gobierno y en el Pleno municipal, que desde el Ayuntamiento calculan que será en julio -tres meses después de lo previsto inicialmente-, y luego remitirlo a la Comunidad para que dé también el visto bueno.

Vuelta a los "macroproyectos gallardonianos"

Pero pese al entusiasmo, la alcaldesa no tiene el apoyo de todos los suyos. Las heridas que dice cerrar Carmena con este plan urbanístico las abre en el terreno político. Dentro de Ahora Madrid hay voces en contra del plan. Por ejemplo la de Pablo Carmona, concejal presidente de los distritos de Salamanca y Moratalaz y miembro de Ganemos -junto a Rommy Arce y Montserrat Galcerán-, que declara a EL MUNDO que, pese a las modificaciones introducidas, el proyecto «sigue siendo contrario a nuestro programa». Critica Carmona que «se han aceptado algunas propuestas vecinales pero sin tocar el fondo de una operación financiera claramente especulativa». A su juicio, esto «nos devuelve a los macroproyectos que han desequilibrado nuestra ciudad, a los planes urbanísticos gallardonianos».

Además considera el edil que su aprobación en este momento «es un error político que afecta a la candidatura de Íñigo Errejón, que como aspirante a la presidencia de la Comunidad de Madrid deberá posicionarse». De hecho, Carmona pide a Errejón y al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que opinen sobre el tema porque «por primera vez concurrirán PP, PSOE, Cs y Podemos a unas elecciones con el mismo macropelotazo urbanístico en sus programas», tuiteó.

También Rommy Arce, concejala de Usera y Arganzuela -de actualidad por haber sido imputada por injurias y calumnias a la Policía Municipal-, tachó recientemente la operación de «pelotazo urbanístico».