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15 marzo 2017

Pajares busca seguir en la historia

Francisco Valle, Javier Fernández, Eduardo Tocino y Guillermo Bas, en el Museo del Ferrocarril. Francisco Valle, Javier Fernández, Eduardo Tocino y Guillermo Bas, en el Museo del Ferrocarril. / P. UCHA

  • La plataforma para preservar la rampa quiere que sea patrimonio de la humanidad

  • Francisco Valle presentó en Gijón el proyecto ante representantes regionales y municipales. «Debemos preservar nuestra historia», indicó

    • MARCO MENÉNDEZ

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    • GIJÓN

     

    El salón de actos del Museo del Ferrocarril de Asturias se quedó ayer pequeño en la presentación de la 'Plataforma para la preservación del puerto ferroviario de Pajares', una iniciativa del ingeniero Francisco Valle y que tiene como objetivo último que la rampa de Pajares no desaparezca y que la Unesco la declare patrimonio de la humanidad. Valle presentó el proyecto ante numerosos representantes de asociaciones vecinales y culturales, de ayuntamientos, como el de Mieres, con su alcalde, Aníbal Vázquez, a la cabeza, y del Principado, como la directora general de Patrimonio Cultura, Otilia Requejo, o el responsable de la Agencia Asturiana de Transportes y Movilidad, José Manuel Caldevilla.

    Francisco Valle se confesó sorprendido por la respuesta que tuvo la convocatoria de ayer y destacó que la intención es que «se sienta todo el mundo integrado, que participe. Es una oportunidad para hacer algo todos juntos». Y adujo para ello «la necesidad de la preservación del patrimonio; de nuestra historia y nuestra cultura. Lo que somos Asturias, León y España está muy condicionado a lo que significó el puerto de Pajares». Por eso, considera imprescindible para conseguir que la Unesco declare patrimonio de la humanidad a la rampa de Pajares que se busquen alternativas para este centenario trazado una vez que entren en servicio los túneles de la variante: «Hay un enorme potencial para desarrollar alrededor de Pajares una industria turística y de ocio», apuntó, pero reconoció que esta infraestructura «tiene un problema que juega en nuestra contra, que es su gigantismo».

    Este ingeniero ya ha recabado numerosos apoyos, como los de los colegios de arquitectos y de ingenieros de Asturias, pero espera más. Por ello, en la reunión de ayer se establecieron tres objetivos. El primero pasa por «la divulgación del proyecto para crear conciencia social de que no se puede perder este patrimonio». El segundo consiste en «dar pequeños pasos para ir vistiendo el proyecto. Hablamos de las iniciativas turísticas, pero necesitamos más. Por ejemplo, el Adif, propietario de la línea, puede seguir usando la rampa como banco de pruebas, pero también es una conexión estratégica en caso de que haya algún problema en la variante». El tercer escalón consiste en la protección, es decir, «dar los pasos encaminados a conseguir la declaración de bien de interés cultural y, posteriormente, patrimonio de la humanidad por la Unesco».

     
     

    Valle desveló que mantuvo contactos informales con responsables del Adif sobre esta iniciativa y aseguró que «mantienen cierto interés. Están a la expectativa de ver qué moviliza la plataforma, pero en principio la ven bien». Y es que parece que los apoyos no solo los encuentra Valle en Asturias, sino que su iniciativa ha despertado el interés al Sur de la cordillera. Por eso, en menos de un mes prevé poder presentar el proyecto en León, ya que ha tenido peticiones tanto de la Junta de Castilla y León como de la diputación y el ayuntamiento leoneses.

    Obra cumbre de ingeniería

    En la presentación también participaron arropando el proyecto el propio presidente del Museo del Ferrocarril, Javier Fernández; Eduardo Tocino, experto en ferrocarriles y asesor del Ayuntamiento de León, y Guillermo Bas, doctor en Historia del Arte e investigador del ferrocarril. Fernández aseguró que el encuentro era «un acto histórico, porque es el inicio de la prolongación de una historia más que centenaria. La rampa de Pajares es la obra cumbre de la ingeniería española y europea. La tenemos aquí y no la sabemos valorar».

    Guillermo Bas dio un repaso a la historia de la construcción de la rampa de Pajares, pero primero recordó que todo el trazado se encuentra en dos reservas de la biosfera de la Unesco, la del Alto Bernesga, en la parte leonesa, y la de Ubiñas-La Mesa, en la asturiana. Bas puso el acento en que la obra fue realizada «por ingenieros españoles, lo que da una idea del nivel de la ingeniería de nuestro país». Además, calificó esos trabajos de «una audacia excepcional, una pieza de alta tecnología. Fue muy criticada por quienes la consideraban imposible, pero 133 años después todavía se sigue explotando con seguridad».

    Esta obra supuso varios hitos en la ingeniería española: fue la primera vez que se utilizaron tuneladoras, en 1878, así como perforadoras de aire comprimido y morteros hidráulicos para aislar los túneles. Bas también recordó que la ovetense plaza de La Escandalera debe su nombre a una movilización social que se celebró en ese lugar en demanda de la construcción del ferrocarril, pues hay que tener en cuenta que antes de la rampa de Pajares el viaje a León duraba dos días y la llegada del ferrocarril hizo que se rebajara a solo «seis horas y media».

    Eduardo Tocino, por su lado, también habló de la novedad que supuso el trazado, con los primeros carriles fabricados en España y túneles y puentes de todo tipo. Pero, además, «la época del vapor en Pajares fue muy breve, porque las condiciones eran penosas. Había que dejar que los túneles se ventilaran, ya que los maquinistas y fogoneros se asfixiaban. Por eso, fue la primera línea que se electrificó». La rampa también fue pionera en materia de señalización y seguridad, pero siempre fue, y sigue siendo, un trazado muy exigente: «Todo el material que se preciara se sometía a prueba a las torturas de Pajares», apuntó Eduardo Tocino, quien concluyó que «tenemos dos opciones; o dejarlo morir o adoptar alguna medida para que no se pierda el esfuerzo de las personas que planificaron, construyeron y mantuvieron la línea».

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