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14 febrero 2017

Un informe revela que Fomento sabía desde 2014 que el metrotrén se iba a inundar

Un informe revela que Fomento sabía desde 2014 que el metrotrén se iba a inundar

  • La empresa que hacía el mantenimiento alertó al irse de la necesidad de reparar los bombeos dañados. Adif optó por no reponer para ahorrar

    • MARCOS MORORAMÓN MUÑIZ

    •  
    • GIJÓN

     

    El Ministerio de Fomento sabía desde mediados de junio de 2014 que el túnel del metrotrén se iba a inundar. Ofiteco, la empresa que venía encargándose hasta ese momento de las labores de mantenimiento de la galería subterránea, alertó en su última visita al subsuelo gijonés de los severos problemas que arrastraban las instalaciones de iluminación y bombeo que revisaban periódicamente. Antes de concluir una relación contractual de cinco años con el ministerio, Ofiteco dejó por escrito en su último informe que dos de los equipos utilizados para el bombeo de las filtraciones de agua en el interior del túnel estaban inutilizados por problemas eléctricos.

    Sobre el bombeo del pozo de extracción (por donde se sacó la tuneladora en pìezas y que queda en una zona sin adecentar del 'solarón' frente al Museo del Ferrocarril), se pormenoriza que cuenta con dos bombas y una de ellas no se encuentra operativa, requiriendo su desmontaje y reparación. También se expone a Fomento que la tubería de impulsión se encuentra muy deteriorada y con numerosas fugas que provocan que el agua se esté recirculando continuamente, por lo que sería conveniente sustituirla entera o al menos realizar una reparación en profundidad. A estos problemas se añade que desde finales de mayo de ese año el grupo no bombea por problemas eléctricos, lo que hace que el nivel de agua pueda alcanzar entre 0,5 y 0,7 metros en la zona de bombeo, aun lejos de los armarios eléctricos.

    Ofiteco también referencia dificultades graves en el bombeo del pozo 7, que se localiza bajo la zona de El Bibio, cerca del acceso por la calle Pintor Antonio Suárez. Allí tampoco se bombea desde finales de mayo de 2014 por una avería eléctrica. Indica la empresa que cuando se intenta el bombeo manual se produce la caída de la instalación eléctrica en el seccionamiento exterior y describe que el nivel de agua ya alcanza la pasarela desde la que se manipulan los armarios.

     
     

    En cuanto a la instalación eléctrica provisional de obra existente, la firma madrileña hace constar que varios tramos están sin servicio debido a que la humedad presente en el túnel provoca cortocircuitos.

    En dicho informe la empresa detalla, además de los citados fallos en los grupos de bombeo y de las dificultades de mantenimiento de la red de luminarias, la detección de la presencia de intrusismo en los accesos.

    En las conclusiones del documento, que se reproducen sobre estas líneas, la consultora enumera al ministerio las reparaciones que considera urgentes en los grupos de bombeo para garantizar que el túnel del metrotrén gijonés no se inunde.

    Poco después de que se redacta este informe admonitorio, a mediados de 2014, Fomento traspasa a Adif la gestión del túnel ferroviario. A partir de ese momento el mantenimiento del corredor ferroviario de 3,9 kilómetros de longitud entre Bernueces y Poniente, sin uso desde hace una década, pasa a realizarse mediante personal propio adscrito a Adif, por lo que dejan de existir contratos externos para llevar a cabo estas labores.

    Así se llega a un nuevo informe redactado en junio de 2015 que parece que avala en última instancia la decisión de haber dejado el túnel en la situación actual. Dicho informe plantea un análisis de alternativas para reducir los costes de mantenimiento, que venían siendo del orden de unos 100.000 euros al año cuando estaban externalizados. Estas alternativas son mantener seco el túnel mediante bombeo, dejar el túnel en la situación actual (sic) o dejar inundarse totalmente el túnel.

    El balance de la situación que se hace tras realizar una inspección en el mes de abril de ese año es que las instalaciones existentes que se mantenían desde la finalización de la construcción del túnel en diciembre de 2006 (iluminación y grupos de bombeo) han quedado fuera de servicio en los últimos meses. Y que ello ha tenido como consecuencia la inundación parcial del túnel y el deterioro de las instalaciones eléctricas .

    Se asegura que «el coste de reposición y funcionamiento de las instalaciones resulta bastante elevado, sin que en este momento se sepa cuál va a ser el futuro del túnel o su eventual fecha de puesta en servicio».

    Los autores del informe revelan que se dejó de bombear agua a finales del verano de 2014 y argumentan que una posible alternativa sería no reponer las instalaciones y dejar el túnel en la situación actual y aportan un perfil longitudinal de la galería subterránea (el gráfico de arriba) con la cota de agua alcanzada en ese momento. Destacan que el túnel no está completamente inundado en ningún punto y que el agua se acumula en los tramos bajos o deprimidos, siendo el principal el que queda bajo la avenida de la Costa.

    «Es difícil estimar si se ha alcanzado ya un equilibrio o si la situación puede evolucionar hasta llenar el túnel completamente. Parece que, a pesar de la interrupción del bombeo, el túnel no ha llegado a llenarse en ningún punto, lo cual da idea de una velocidad de llenado muy lenta, aunque no se ha cuantificado», recoge el documento.

    87.600 euros para el vaciado

    Sobre la opción de mantener seco el túnel mediante bombeo se objeta que es una alternativa muy costosa, ya que supone la reposición y mantenimiento de las instalaciones y los consumos de energía correspondientes. Todo esto se cuantifica de la siguiente forma desglosada: 4.000 euros para el vaciado inicial del túnel con el alquiler de equipos autónomos y bombas de achique durante dos meses, 83.600 euros más para la reposición de los equipos eléctricos deteriorados al estar sumergidos en agua y 300 euros al mes de consumo eléctrico para mantener el bombeo para el vaciado continuo. La alternativa del túnel vacío se cuestiona también porque los expertos de Adif afirman que se convertiría en una un gran dren (un gran sondeo o unidad de drenaje) bastante desfavorable desde el punto de vista de la subsidencia. La subsidencia es el fenómeno por el cual la superficie del terrero desciende (o asciende en algún caso) debido a cosas que pasan bajo tierra.

    Mejor que no se llene del todo

    «La alternativa de abandonar el túnel, sin reponer sus instalaciones, resulta bastante atractiva desde el punto de vista económico», remarca Adif en su informe. «Lógicamente habrá tramos casi llenos y otros secos con escaso calado de agua», añade, al tiempo que destaca que «creemos interesante que no se permita el llenado completo para favorecer un cierto flujo longitudinal de aire que ventile el túnel y evite la degradación de las aguas estancadas, lo cual podría traducirse en malos olores ascendiendo a la superficie a través de los pozos de registro y ventilación».

    «Al menos debería mantenerse una ventilación de emergencia y una pequeña línea de bombeo para evitar el ascenso total de agua. Podría recurrirse a un sistema de sensores para activar las bombas cada cierto tiempo», se pone de relieve en el documento.

    Sobre la alternativa de inundar el túnel completamente, considerada una variante de la anterior, se dice que ofrece algunas ventajas respecto a la subsidencia y la corrosión, pero «presenta bastantes problemas de orden práctico ya que se tardaría bastante en alcanzar esta situación de forma natural y no parece razonable llenar el túnel con agua de aportación», concluye.

     

    EXTRACTOS DE LOS INFORMES SOBRE EL TÚNEL DE ADIF Y OFITECO

     

    Arriba, estudio de opciones que manejó Adif en un informe redactado en junio de 2015 en el que se inclina por dejar que el túnel se inunde para ahorrar. Abajo, conclusiones del último informe de Ofiteco, en el que se detallan las reparaciones necesarias para evitar que la galería se anegue.

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