BILBAO. Es un hombre forjado en el lenguaje del siglo XXI, las telecomunicaciones. Tanto que se ha labrado un nombre en uno de los campos que más le han cautivado: el universo ferroviario. Se diría que Igor López piensa que la vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profundas tristezas en otros. No por nada, ha volcado su intuición e inteligencia en los premios UJIC Global Research & Innovation Awards, el galardón que acaba de ganar en la modalidad joven. Hoy trabaja con el grupo de investigación I2T, perteneciente a la UPV/EHU, donde investiga.

Imagino su infancia con un tren eléctrico por el pasillo...

-Ja, ja, ja. Nunca lo he tenido, pero sí me veo rodeado de elementos electrónicos y si echo la vista atrás pienso que la vocación nace de ahí.

¿Pensaba en los trenes cuando se formó en las telecomunicaciones?

-Si soy sincero, no. Hasta que llegué a París, donde llegué con un proyecto entre la UPV/EHU y la CAF los trenes solo me interesaban como hobby. Me gustaban las redes informáticas pero hasta ahí.

¿Qué ocurrió entonces?

-Investigamos para la UIC, la Unión Internacional de Ferrocarriles, que es algo así como la ONU de los trenes .

Y su apuesta versó sobre...

-La señalización de los trenes de alta velocidad. Los trenes de estas características se incorporaron en los años 90 a la tecnología 2G y a la velocidad que ha avanzado este campo, más rápido que los trenes, se quedó obsoleta.

Ustedes aportaron entonces...

-Una solución en dos campos. Por un lado, trabajamos sobre las limitaciones que traían las interferencias electromagnéticas y, por otro lado, trabajamos sobre la seguridad: para poder aplicarla con el 3G, el 4G, el 5G o lo que venga en el futuro.

Le miraron como a un joven aventajado, supongo...

-En Europa ya se veía ese problema. La innovación fue que se pudiera aplicar la tecnología que se usa en la alta velocidad. Si falla una solución, tienes otra. Eso da seguridad.

¿Ve posible la llegada de la alta velocidad a Bilbao?

-Hay tecnología suficiente, así que creo que es una cuestión política.

Podría enlazarnos con Europa...

-Euskadi está supeditado a la realidad del Estado: la vía ibérica. Es incompatible con el ancho de vía europeo. Lo interesante es, por ejemplo poder llevar los coches hechos aquí hasta Alemania. Eso hoy por hoy es imposible.

Un joven avanzado como usted, ¿qué piensa de eso que llaman la fuga de cerebros?

-En este campo hay que pensar que muchos países europeos invierten en la formación de los jóvenes. Si aquí no se reproduce esta fórmula, siempre irás por detrás.

¿No le da pena, señor futuro, la pérdida de una imagen romántica del tren?

-En San Petersburgo, donde recibimos el premio, llevaron ferrocarriles de vapor. La escena fue romántica si quieres, pero si deseas mantener ciertas frecuencias, necesitas la nueva tecnología que permita incrementarlas.