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22 noviembre 2016

Renfe baja su huella de carbono a la mitad

21/11/2016 - 19:43

 

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En este contexto, el 8% del transporte mundial es realizado en tren, lo que se traduce en un 3,6% de las emisiones de CO2. Pese a esta tímida posición, el transporte ferroviario se presenta como el medio de transporte menos contaminante, destacando los modelos de alta velocidad.

 

 

En España, el Tren de Alta Velocidad (AVE) se sitúa como la modalidad de transporte que menos emisiones de CO2 genera por viajero y kilómetro.

De esta forma, y según el informe publicado en 2011 por Renfe, "Sostenibilidad: Ventaja Competitiva de Renfe Operadora", el tren de alta velocidad español contamina cinco veces menos que cualquiera de sus competidores directos, como el avión o el automóvil. Así, por ejemplo, para cubrir la distancia entre Madrid y Barcelona, un pasajero que viaje en avión genera 70 kilogramos de CO2, si lo hace en coche, 63 kilos y si opta por el AVE, 13 kilogramos.

En 2014, Renfe disminuyó la Huella de Carbono por cada Unidad Transportada en un 58% respecto a la existente en 1990. Con esta meta superada, Renfe alcanzó ese mismo año el objetivo de reducción de CO2 que se había marcado para el 2020, menos de 20 gr. de CO2 por unidad de transporte, con 19,60 gr. de CO2 de emisión unitaria. Estos datos destacan, entre otras cosas, porque es un registro 6 veces menor que las emisiones procedentes de los denominados automóviles 'verdes'.

Teniendo en cuenta estos resultados, los servicios prestados por Renfe contribuyen a reducir el impacto ambiental, al mismo tiempo que favorecen el desarrollo económico y mejoran la conectividad interregional y la movilidad laboral. Pero la movilidad en tren no sólo es positiva en términos ambientales y económicos. También favorece a otros niveles, como contaminación acústica, accidentes y congestión de las carreteras.

Consumo energético

La compañía presidida por Pablo Vázquez consume menos del 1% de la energía utilizada en el sector del transporte en España. El uso mayoritario de energía eléctrica convierte al ferrocarril en el medio de transporte terrestre más sostenible y energéticamente eficiente. El desafío de Renfe, para los próximos años, pasa porque todo el volumen de energía eléctrica consumida sea de procedencia renovable. Ya en 2010, el 34% de la energía eléctrica consumida por la compañía era de origen renovable.

En 2014, este porcentaje se elevó hasta el 40%. Sin embargo, Renfe Operadora es el principal consumidor eléctrico final del sector servicios en España. En 2014, se destinó más de 325 millones de euros a los conceptos de energía eléctrica y de combustible diésel, tanto en tracción como en otros usos. Diversificando por áreas de negocio, en 2011 el servicio de trenes de cercanías consumía un 32% del total energético, el de Alta Velocidad el 60% y el de transporte de mercancías un 39%.

Según el estudio de sustitución modal realizado por Renfe, los ahorros en emisiones en 2014 fueron de 3,4 millones de toneladas de CO2. Por su parte, el ahorro energético ascendió hasta el millón de toneladas equivalentes de petróleo. Sin duda, se puede afirmar que la gran aportación de Renfe a la movilidad sostenible es ser una alternativa real y eficiente a otras modalidades de transporte, probadamente menos sostenibles. En estos términos, afirma la compañía de ferrocarriles que "cuanto mayor sea la cuota de mercado, cuanto más rentable sea Renfe, mayor será la aportación a la sostenibilidad del sistema de transporte".

Por otro lado, Renfe también cuenta con el parque móvil más moderno de Europa, lo que convierte a la flota española en la más preparada para la eficiencia energética. Las nuevas adquisiciones de la compañía ahorran hasta un 30% de energía.

España y el tren

Nuestro país, destaca a nivel mundial por su alto grado de desarrollo en infraestructuras ferroviarias. España es un territorio natural para el tren, inclusive la disposición de las ciudades en el mapa peninsular favorecen la alta movilidad en recorridos intermedios. Partiendo de la estructura radial de la red ferroviaria, Madrid se constituye como el centro de España, existiendo (en línea recta) no más de 600 kilómetros de distancia entre las grandes ciudades más alejadas de la capital.

En 2011, según la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), nuestro país se sitúa en el segundo puesto, después de China y delante de Japón, en longitud de líneas de alta velocidad, superando a países de nuestro entorno europeo como Francia, Alemania o Italia. En cuanto a la puntualidad de partida y llegada (un factor clave para entender la calidad del servicio ferroviario) la empresa española consigue una puntuación del 98,54%, sólo por detrás de la nipona Japan Railways (99%) y superando a Korea Train Express (93,7%), que se coloca en tercera posición.

En los últimos años, Renfe ha apostado fuertemente por un desarrollo sostenible y por un mayor respeto al entorno. Se ha propuesto integrar la sostenibilidad en su gestión empresarial. No obstante, reconoce que es una solución costosa y arriesgada, pero que aporta más valor y a más largo plazo para la empresa. También sostiene en su informe, que este nuevo rumbo ?requiere cambios culturales en toda la empresa, que exigen un apoyo decidido y continuado de la Alta Dirección, ya que puede implicar cambios y reposicionamiento de la Gobernanza de la empresa?.

En este sentido, los principales hitos con los que cuenta la ferroviaria española son: el posicionamiento de la sostenibilidad como uno de los cinco pilares del primer Plan Estratégico de la compañía; la integración de la sostenibilidad en el Contrato Programa; la aplicación de una política ambiental entendida como sostenibilidad ambiental; la evaluación de las obligaciones de servicio público integrando un análisis de "rentabilidad social y de sostenibilidad".

Por último, Renfe aprobó su Plan de Sostenibilidad Energética 2011-2020, por el que se rige su hoja de ruta ambiental a día de hoy, siempre bajo el respeto al entorno y la reducción en emisiones de GEI.

Cumbre de París

Con una actividad humana que causa y está causando cambios ambientales notables como telón de fondo, la capital francesa acogió en 2015 la Conferencia Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, con el objetivo último de combatir la subida de las temperaturas y el deterioro ambiental del Planeta. Para esta ocasión, Renfe apoyó la campaña Train to Paris (Tren a París), promovida por la UIC. Suscribió, además, el Compromiso Ferroviario de Responsabilidad Climática 2015.

Dentro de la política ambiental de Renfe, orientada a reducir e incluso eliminar los efectos medioambientales relacionados con la prestación de sus servicios, destaca el decálogo ambiental Renfe. Un documento que recoge los diez puntales sobre los que se sostiene el compromiso voluntario adquirido por la compañía en materia socio-ambiental.

En relación a los gastos de naturaleza ambiental, según el Informe Anual de Responsabilidad Social Empresarial de 2014, Renfe gastó casi 600.000 euros en conceptos como prevención de contaminación de suelos o gestión de residuos sólidos y aguas residuales.

En lo que respecta a las inversiones de origen ambiental se destinaron durante el ejercicio de 2014 casi 2,5 millones de euros, tres veces más que en 2013. Por su parte, los Programas de Mejora de la Gestión Energética de las series 102, 112, 130 y 730 obtuvieron un financiación de 1,7 millones de euros.

Empleados y clientes

Además de los objetivos en términos empresariales y de actividad, el Plan de Sostenibilidad Energética 2011-2020 de Renfe contempla actuaciones a nivel interno, potenciando el cambio cultural corporativo con campañas como: "Un empleado de Renfe, un prescriptor energético". En 2014, Renfe llevó a cabo diversas acciones de formación y divulgación ambiental dirigidas a sus empleados, como la conducción eficiente o talleres de Huella de Carbono. Con este tipo de iniciativas, la compañía ferroviaria aspira a crear una cultura y reputación corporativa direccionada hacia la responsabilidad energética y ambiental.

Pero la promoción de la movilidad sostenible no acaba en sus empleados. Renfe también desarrolla acciones destinadas a sus clientes. En esta línea, permite a sus usuarios, por ejemplo, viajar con bicicletas en los trenes de cercanías que circulan por la región metropolitana de Madrid. Esta medida unida a otras como la creación de espacios para aparcar la bicicleta en las estaciones de cercanías de Madrid, Cataluña, Valencia, Alicante, Zaragoza y Murcia, demuestran el apoyo de la compañía al uso de transportes "cero emisión CO2" en espacios urbanos.

Por otro lado, Renfe dispone de una serie de trayectos para visitar parajes de gran valor natural. Cabe señalar algunos ejemplos, como los trenes que circulan por el norte de la meseta con destino a las playas del Mar Cantábrico y que permiten una aproximación respetuosa a la costa. También, ofrece el servicio de los trenes de la naturaleza, actividad dirigida a escolares infantiles y juveniles dentro del Programa de Educación Ambiental de la Sierra del Guadarrama, en Madrid.

El transporte por tren permite reducir la huella de carbono y los costes externos

En España el sector del transporte genera casi el 30% de las emisiones de gases efecto invernadero, lo que sitúa a nuestro país siete puntos por encima de la media mundial. Según datos de Renfe, en 2011 el transporte de los más de 5.000 trenes diarios que moviliza la compañía a diario evitó la emisión a la atmósfera de cerca de 3 millones de toneladas de CO2. Del mismo modo, el transporte ferroviario no sólo reduce la emisión de gases contaminantes sino que también disminuye los costes externos que se generan. De esta forma, si las 17 millones de toneladas de mercancías y los 465 millones de viajeros que transporta Renfe hubiesen optado por otro medio de transporte, no se hubiese podido ahorrar casi 1.500 millones de euros, teniendo en cuenta factores como el impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes. Con base en estos datos favorables para el transporte por tren, la Unión Europea aspira a transferir al sector ferroviario el 50% del tráfico actual de media distancia por carretera para 2050.

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