LaVozdeGalicia.es

17 noviembre 2016

LEMOS

La estación recupera vida, pero sigue sobrando espacio en alquiler

El Adif dispone en este momento de 570 metros cuadrados disponibles en el edificio

CARLOS CORTÉS 
MONFORTE / LA VOZ 17/11/2016 05:00

El bache de actividad que supuso para la estación de tren de Monforte el cierre de su cantina parece ya superado. Desde la primavera del año pasado, cuando volvió a abrir ese emblemático establecimiento de hostelería, el edificio de la estación no ha visto nuevos cierres. Aún así, sigue teniendo cientos de metros de espacio comercial sin utilizar.

En estos momentos, hay tres estancias disponibles que suman 570 metros cuadrados. El más voluminoso mide 430 metros y está formado en realidad por varios locales situados en el primer piso. El segundo es de 105 metros y el tercero tiene 35.

Adif alquila también en todas sus estaciones los espacios comunes para actividades comerciales que no precisan de locales cerrados. Admite desde usos por días para el reparto de folletos, hasta puestos de vending de todo tipo de productos. La empresa cobra por estas actividades en función de una clasificación previa en cinco grupos que tiene en cuenta el tránsito de viajeros que utilizan cada estación. La de Monforte está en el grupo de las más baratas, igual que todas las demás de Galicia, Lugo y Ourense incluidas.

 

Cien euros

Las diferencias de precios entre las estaciones más caras y las más baratas es significativa. Por ejemplo, una máquina de vending en los andenes de las estaciones más concurridas paga cuatrocientos euros al mes. En Monforte y en todas las demás del grupo barato solo cien. En la estación monfortina el Adif solo tiene suscrito en estos momentos un acuerdo de alquiler de este tipo, con una empresa local que tiene una máquina de juegos infantiles en el andén.

En cualquier caso, el de la cantina no ha sido el único espacio recuperado últimamente en la estación. En la parte de la planta baja del edificio que da a la plaza permanece abierto al público desde el pasado mes de mayo un museo de casas de muñecas puesto en marcha por unos particulares.

Una asignatura pendiente para la empresa

La falta de uso de estas zonas comerciales es una de las asignaturas pendientes del Adif en Monforte. La estación de Monforte fue sometida en el año 2000 a una reforma en profundidad. Era el primer cambio de cara integral en décadas, pero el cambio no fue únicamente cosmético. En un proceso en paralelo a todas las demás estaciones de un tamaño significativo, la empresa pretendía poner al día sus locales comerciales y abrir nuevos espacios para estos usos.

De hecho, la reforma acometida en la estación monfortina primó el aprovechamiento de espacios para usos comerciales en el espacio de la planta baja situado entre el vestíbulo y la cantina. En las estaciones más grandes existía esa demanda, pero en instalaciones como la de Monforte, que acumulaban años y años de pérdida de actividad ferroviaria, no había en realidad necesidad de más suelo para abrir nuevos establecimientos. Así que el intento no prosperó. De hecho, cuando se llevaron a cabo las obras todavía aguantaba abierto el quiosco de prensa que tenía su entrada en el andén. Después, ese establecimiento cerró y ninguno de esos nuevos espacios comerciales de la planta baja llegaron a ser alquilados.

Más suerte tuvieron los espacios existentes en las dependencias de la estación que daban a la plaza y habían ido quedando sin uso. Años después de aquella reforma integral llegaron a acoger la sede local de la confederación de empresarios de la provincia, cuyo alquiler pagó durante un tiempo el Ayuntamiento. Cuando en diciembre del 2013 llegó el cierre por sorpresa de la cantina, hacía tres meses que los empresarios se habían mudado a otra ubicación.

Un símbolo destartalado que tardó más de un año en abrir de nuevo

Catorce meses le costó al Adif volver a abrir la cantina de la estación de Monforte. El cierre de aquel negocio no tenía precedentes. El establecimiento ya había atravesado antes por algún período temporal sin actividad, pero siempre había sido por cuestiones de intendencia entre la salida de un arrendatario y la entrada del siguiente. Solo unos días, o unas semanas como mucho. Pero esta vez fue distinto. La cantina cerró el 31 de diciembre del 2013. El aspecto destartalado de sus instalaciones -el anterior arrendatario se llevó prácticamente todo el mobiliario- eran todo un símbolo. No abrió de nuevo hasta marzo del 2015.

 

Pin It