Un Gobierno en funciones desde diciembre y un Ministerio de Fomentodescabezado desde que Ana Pastor asumió la presidencia del Congreso el pasado 19 de julio han reducido sensiblemente el impulso político y económico de este departamento en Galicia. Tan solo la existencia de unos presupuestos aprobados han podido mantener cierto pulso en alguna de las obras clave, como el nuevo acceso ferroviario a Galicia, aún con problemas para poder avanzar con las obras al ritmo deseable debido a las complicaciones con los modificados de proyecto y otros problemas. De seguir así la situación habrá Presupuestos prorrogados algo que, en realidad, no sería tan negativo para Galicia, que volvería a contar con una partida de 731 millones para su proyecto de infraestructuras estrella. La situación de interinidad no sería tan negativa, por tanto, si no se hubiera prolongado durante tanto tiempo.

Con media docena de tramos del AVE parados, la actividad de Fomento en funciones se centra en trabajos de conservación y seguridad vial, obras de muy bajo presupuesto pero no por ello secundarias. La crisis dejó numerosos baches y obras pendientes que hay que solucionar con el alivio presupuestario de los dos últimos años, y en eso se está centrando en estos últimos meses la actividad del ministerio, dirigido ahora por el ministro de Justicia, Rafael Catalá, conocedor de la casa al haber sido la mano derecha de Pastor en la Secretaría de Estado de Infraestructuras.

Con las obras que cuentan con presupuesto y pequeñas licitaciones en conservación o seguridad vial -especialmente en carreteras muy castigadas por el tráfico como la N-550 o las dos autovías de acceso a la Meseta- el trabajo de Fomento en Galicia podría definirse como rutinario o corriente. El artículo 101 de la Constitución y su posterior desarrollo reglamentario prevé que un Ejecutivo en funciones se limite a despachar asuntos corrientes sin tomar decisiones que puedan condicionar la praxis política del futuro Gobierno. Es decir, las licitaciones de grandes proyectos entrarían en esta categoría, pues suponen un compromiso presupuestario heredado para el gabinete entrante.

Así, la única gran licitación aprobada en estos ocho meses fue el acceso ferroviario al puerto de Ferrol, valorado en 140 millones de euros. Pero hay que recordar que los puertos de interés general son autónomos presupuestariamente y que esta conexión se sufragará con cargo al Fondo de Accesibilidad Terrestre Portuaria, un depósito que impulsó el ministerio con recursos de los puertos para sufragar sus accesos. No es por tanto una obra que desarrolle directamente Fomento con sus presupuestos.

El segundo presupuesto más importante consistió en aprobar una serie de obras complementarias por valor de 19,1 millones para que la tuneladora del tramo del AVE Vilariño-Campobecerros pudiera seguir perforando el túnel. En estos casos, los Ejecutivos en funciones están legitimados para aprobar partidas con el objeto de subsanar situaciones de urgencia.

¿Qué proyectos están en un impás a la espera de un Gobierno con plenos poderes? Un alto funcionario del ministerio rebaja estas expectativas. «La mayor parte de las infraestructuras cruciales para Galicia están en marcha y licitados, apenas hay proyectos relevantes que precisen de una decisión política», asegura.

El caso más urgente, en cualquier caso, es la variante de Ourense del nuevo acceso ferroviario de alta velocidad. Son los últimos 17 kilómetros del trazado central del AVE, aunque en este caso la responsabilidad se comparte con el Ministerio de Medio Ambiente, que debe desbloquear los dictámenes medioambientales de estos dos tramos.

Más en el ámbito del impulso político, se esperan decisiones sobre proyectos que están incluidos en el Plan de Infraestructuras de Fomento: avanzar en laA-57 desde la circunvalación de Pontevedra; desbloquear la A-82 entre Barreiros y San Cibrao; tomar decisiones sobre una autovía polémica, la A-76entre Ourense y Ponferrada; decidir si se prolonga la autovía del Cantábrico hacia Santiago. Y ver si se acomete de una vez el proyecto para reformar la alternativa gratuita a la AP-9 o el acceso directo del AVE a Vigo y Pontevedra. También está pendiente, entre otros asuntos, poner en servicio la variante ferroviaria de Pobra de San Xiao.

Últimas licitaciones

Las últimas grandes decisiones sobre grandes infraestructuras se tomaron en vísperas de las elecciones del 20D, cuando se licitaron los dos últimos tramos de la autovía Santiago-Lugo (A-54) por 278 millones. A día de hoy, no existe comunicación oficial por parte de Fomento de que hayan sido adjudicados. Lo que sí trascendió fue una agria polémica sobre la resolución de estos concursos.

Una de las ventajas de Fomento es que cuenta con empresas públicas con cierto margen de maniobra al margen de la arena política. Así, Renfe aprobó en enero el Plan Galicia, que aumentaba las frecuencias con Madrid. Por otra parte, el ADIF puso al frente de su Dirección General de Alta Velocidad a la gallega Isabel Pardo, con la misión de desbloquear los tramos del AVE paralizados. Fuentes consultadas en las obras confirmaron que gran parte de los tajos siguen parados, lo que provocó que el año pasado solo se ejecutara el 40 % de lo que había sido presupuestado para el nuevo acceso ferroviario a Galicia. Estas mismas fuentes, no obstante, afirmaron que al menos se están realizando gestiones para reanudar los trabajos.